martes, 19 de septiembre de 2017

Afectos e imbecilidad (o algo así)


Hay demasiada soledad en el mundo. Y luego ese no saber lo que es el amor. Llegar a otra persona con todas nuestras carencias, las evidentes y las profundas; y encontrarnos con alguien igual de perdido que nosotros, quizá más; más necesitado, más dañado, más hijodeputa. Y la unión de dos almas necesitadas e hijasdeputa no es algo lindo.

Qué putas referencias tenemos sobre el amor. Quién nos enseñó lo que es. ¿Alguien te enseña a amar? Creo que nadie (nuestras madres generalmente nos sobreprotegen, nuestros padres ignoran eso, esas son mariconadas). Pero tenemos montones de supuestos testimonios que nos maleducan al respecto: cine, televisión y malos libros, fábulas de historias maravillosas con protagonistas lejanos al arquetipo humano. Y además son las mismas historias, la misma una y otra y otra vez hasta que nos la aprendamos. Y parece que eso pasa. Nos tragamos esos cuentos completitos.

Soledad y necesidad de amor, con ignorancia y egoísmo. Filosofía de Coello amalgamada a esa idea pendeja de sólo dar lo que se reciba: como me traten trato y sólo si me buscan busco, alardean los imbéciles. Sin saber que el verdadero gozo está en amar no en ser amado.


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