Este mole sí mola.
El mole
es un guiso tradicional y representativo de mi país. Lo hay de varios tipos,
con distintas características y peculiaridades. Además está el asunto del
sazón, entre todas las especias que lleva, cada cocinera le pone las cosas a su
manera o como le enseñaron. Ningún mole
es igual a otro.
Lo que mola
en España es, como diríamos por acá, lo que rifa, lo que está chingón, chido. O
es lo que entiendo cuando pongo en contexto el término. Pero me hace algo de
ruido porque lo asocio con molón, que
viene de molesto, un niño molón por
ejemplo al que nadie soporta, o una novia molona
que no te deja de buscar por el celular o móvil. No sé ahora si una película molona sería una película muy chingona,
o si no se puede aplicar el vocablo.
Podrán pensar algunos que ahora sí estoy
escribiendo ebrio emulando a don Bukowski, pero no. Esto viene de meses atrás,
años ya, cuando en un comentario le decía yo a mi amigo Ovidio Moré que su mero mole eran las décimas, que le salen
como a otros nos salen los tacos. Acá, en el lugar en el ombligo de la luna
(eso significa México en náhuatl), cuando alguien es muy bueno en algo se dice
que eso en lo que es tan bueno es su mero
mole.
Creo que fue el mismo Ovidio quien pensó
que eso del mero mole tenía que ver
con ese otro molar, y en muchos
sentidos sí, porque sus décimas molan
(pero no sólo las décimas). Después le expliqué el sentido de la mexicana
frase.
Luego, escribí una décima juntando ambas
palabras en honor de mi querido cubano. Y aquí está:
Este
Ovidio como mola
cuando
décimas compone
siempre
el ánimo repone
para
estos versos es piola
la
mera mera pistola;
o
sea que es su mero mole
como
quien hiciera atole
cual
decimos de este lado
las
hace a ojo cerrado
como
las planas del cole.
El contrapunto de Ovidio:
Ah, mi amigo mexicano,
ese Gilo, que es cronista
de la vida y es artista
incisivo en lo mundano;
ese Gilo que es mi hermano
de letras y de pincel,
ese Gilo que es la piel
del más auténtico cuate,
sabe que soy un dislate
pero decimista fiel.
“Mero mole”, con cariño,
me dice este compañero
refiriéndose al caldero
de la décima que aliño.
Octosílabos que ciño
a la clásica espinela
y que hacen que mi espuela
le aguijonee el ijar
a ese potro sin domar
que en sus rimas se rebela.
Yo te devuelvo el piropo
envuelto en versos de luz
y en un tejido capuz
de caribeño Joropo.
Entre mis manos arropo
un cubano corazón
que “mero mole”, y “molón”*
hasta México lo mando.
Te llegará… no sé cuándo,
pero te lo envío en avión.
Y si se pierde no importa
otro envío por correo,
pues tal como yo lo veo
la distancia se hace corta.
Cuando la amistad te aporta
tanto cariño y respeto
el universo completo
se contrae y nos aúna
para que una misma luna
nos sirva como amuleto.
ese Gilo, que es cronista
de la vida y es artista
incisivo en lo mundano;
ese Gilo que es mi hermano
de letras y de pincel,
ese Gilo que es la piel
del más auténtico cuate,
sabe que soy un dislate
pero decimista fiel.
“Mero mole”, con cariño,
me dice este compañero
refiriéndose al caldero
de la décima que aliño.
Octosílabos que ciño
a la clásica espinela
y que hacen que mi espuela
le aguijonee el ijar
a ese potro sin domar
que en sus rimas se rebela.
Yo te devuelvo el piropo
envuelto en versos de luz
y en un tejido capuz
de caribeño Joropo.
Entre mis manos arropo
un cubano corazón
que “mero mole”, y “molón”*
hasta México lo mando.
Te llegará… no sé cuándo,
pero te lo envío en avión.
Y si se pierde no importa
otro envío por correo,
pues tal como yo lo veo
la distancia se hace corta.
Cuando la amistad te aporta
tanto cariño y respeto
el universo completo
se contrae y nos aúna
para que una misma luna
nos sirva como amuleto.
El maravilloso blog de Ovidio es: http://piramideacostada.blogspot.com, y aunque por ahora está cerrado, puede uno asomarse a la ventana y disfrutar.
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