Nunca nos deberíamos sentir seguros de aquello que pensamos ser porque, en ese momento, pudiera muy bien ocurrir que ya estemos siendo cosa diferente.
Si seguimos así dejaré de saber quién soy. Mi padre te diría que ésa es una de las cosas que nos suceden muchas veces en la vida.
¿Quién soy? podría decir varias cosas pero creo que en realidad no lo sé.
Habría que pensar en aquello de que sólo estando perdidos se puede uno encontrar, y siento que en ese latoso proceso estoy. No es excusa, quizá más adelante pueda responder el sencillo cuestionamiento sin dudar.
Dicen personas a las que aprecio y respeto mucho que el simple hecho de pensar en estas cosas es un enorme paso dado, que el cuestionar nuestra verdad como personas implica un buen trecho del camino recorrido, pero no me basta.
A veces sonrío al horizonte (o eso me gustaría pensar que pasa en mi rostro) imaginando la olla de oro al final del camino, una especie de felicidad me abruma y las fantasías sobre el porvenir se tiñen también de venturosa alegría.
Aunque mayormente es el pesimismo y la desventura lo que me llena los pensamientos, lo que cubre por completo mi mente y no puedo vislumbrar un porvenir venturoso. Donde las fantasías de este pequeño hombre no se materializarán jamás, por lo que es una estupidez coleccionarlas.