sábado, 29 de junio de 2019

lo que soy

Nunca nos deberíamos sentir seguros de aquello que pensamos ser porque, en ese momento, pudiera muy bien ocurrir que ya estemos siendo cosa diferente.

Si seguimos así dejaré de saber quién soy. Mi padre te diría que ésa es una de las cosas que nos suceden muchas veces en la vida.

¿Quién soy? podría decir varias cosas pero creo que en realidad no lo sé.

Habría que pensar en aquello de que sólo estando perdidos se puede uno encontrar, y siento que en ese latoso proceso estoy. No es excusa, quizá más adelante pueda responder el sencillo cuestionamiento sin dudar.

Dicen personas a las que aprecio y respeto mucho que el simple hecho de pensar en estas cosas es un enorme paso dado, que el cuestionar nuestra verdad como personas implica un buen trecho del camino recorrido, pero no me basta. 

A veces sonrío al horizonte (o eso me gustaría pensar que pasa en mi rostro) imaginando la olla de oro al final del camino, una especie de felicidad me abruma y las fantasías sobre el porvenir se tiñen también de venturosa alegría. 

Aunque mayormente es el pesimismo y la desventura lo que me llena los pensamientos, lo que cubre por completo mi mente y no puedo vislumbrar un porvenir venturoso. Donde las fantasías de este pequeño hombre no se materializarán jamás, por lo que es una estupidez coleccionarlas.

lunes, 24 de junio de 2019

de filosofías idiotas

Vivimos en una paradoja en la que aunque hay infinidad de información disponible la gente está cada vez más malinformada y más estúpida. Se distribuye a través de la red una cantidad grotesca de basura que se consume sin reparo. Se publican supuestos estudios, se distribuyen mentiras absurdas. Y una especie de imán impide que las cabezas se aparten demasiado tiempo de las pantallas.

Pienso que quizá también sea debido a una sobrecarga de pseudoliteratura y versos ramplones, de creer que el tal Quetzalnoah es un maravilloso poeta y que Coehlo escribe literatura, de pensar que conoces a Bukowski o a Cortázar porque compartes memes con sus frases descontextualizadas. No lo sé. Pero lo juzgo pertinente.

Pero de entre tantas letras vacías hay una sentencia que llamó mucho mi atención (incluso entre la mierda resalta alguna mierda), que me hizo voltear por lo estúpida que me resultó, aunque si lo pienso un poco va totalmente a tono con mucha de la filosofía barata que se distribuye en estos internetescos días.

¡Enamórate de mis defectos! dice la bobería aquella.

Pero qué clase de imbécil consagrado debería ser para quedar prendado de tu grosera impuntualidad o de tus enfermizos celos, del malacopeo que te llega al embriagarte o de tu (para ti) absurda inseguridad. Qué tendría que estar mal en tu cabeza para que consideraras mi falta de ambición como el embriagante elixir que te llena de deseo.

No me gusta en lo que se está convirtiendo el mundo, un mundo de estúpidos enajenados cuyo sentido de vida lo da un teléfono celular. Un mundo educado por toda esa idiota filosofía que se expande sin reservas aparentes.

Los defectos se aceptan, como una parte incómoda de ese al que se ama. Lo otro es sólo una estupidez.


lunes, 17 de junio de 2019

Amores contemporáneos


Un romance.

Cuántos amores eternos 
he visto desmoronarse,
al paso de sólo días
perder la fuerza del trance;
y lo que se dijo eterno 
luego de meses fugarse.
De aquel amante perfecto
no quedó ningún detalle.

Los "amores de la vida"
no son de coleccionarse,
pero es que las mariposas 
llegan para emocionarte,
y tras un par de aleteos 
sientes que te enamoraste.
<Por dios que esta sí es la buena>
y tu amor ya le juraste.

Las mariposas se cansan 
la emoción tiende a estancarse,
los defectos van saliendo
poco pueden camuflarse,
ese fingir ser perfecto
poca gente hay que lo aguante;
y tus ojos en los suyos
ya no son impresionantes.


Luego, la filosofía
de la que te alimentaste,
hace que pienses que el otro
tuviera que impresionarte;
"que me busque quien me quiera"
dices al vanagloriarte.
Tal vez sí te quedes solo
igual piensa la otra parte.



viernes, 14 de junio de 2019

Noche sin luciérnagas

...y mira, que sé muy bien que puede que la vida nunca más destelle igual. No sé si es el verso más triste que conozco de alguna canción, pero es de una jodidez terrible. Porque si la vida nunca va a volver a ser así, o mejor, para qué seguir viviendo. Cómo resignarse a una existencia con sólo compañía, con esos cariñitos desechables de tequieros inmediatos, o de pura cama, de ciertos retozos que pierden la lucidez que la frescura les brinda; ya nos acostamos, ¿y ahora?

Tiene un poco de gracia el cómo me llegó esta canción. La verdad es que soy un fan bastante mediocre de Fernando Delgadillo y por tanto no la conocía. Pero el todopoderoso Youtube, que he descubierto me conoce mejor que mi madre, me la puso tras haber escuchado "Carta a Francia", y entonces la escuché. La escuché completa en cada uno de sus dolorosos versos. ¿Y esto de dónde salió?



viernes, 7 de junio de 2019

de libros y autores

"Un autor no escribe cualquier libro. Escribe el que quiere leer y no encuentra en ninguna parte."

Pienso en autor en términos cinematográficos: Woody Allen o Wes Anderson son autores, su firma es palpable en los fotogramas de sus filmes. Y entonces sí, un autor escribe lo que no existe, o al menos le da una vuelta al tornillo, tan rebuscada, que pareciera que habla de lo que jamás nadie habló.

Siempre he estado en desacuerdo con los que dicen que ya todo está escrito. Cada pocos años aparece algo que nos hace babear nuevamente mientras extasiados nos preguntamos cómo diablos se le ocurrió eso a este cabrón o a esa cabrona.

Pero creo que la frase de Roa Bastos no refiere a un autor como a un escritor consagrado sino a ese que se busca y se encuentra, o al menos a una parte de él, entre las letras que va hilando; ese al que cierta necesidad personal llevó a escribir eso que tenía que escribir. Sin importar cuantas veces haya sido escrito.

Y creo que las verdades que a todos, o a una buena parte de nosotros, se nos desparraman son básicamente las mismas. Y ahí vamos de necios, con nuestros pobres recursos, buscando decir eso que otros miles han dicho y que otros tantos han podido decir como nos hubiera gustado decir a nosotros. 

La frase me parece linda, pero de esa lindura simplona que al poco rato ha perdido la gracia. ¿En serio se ha buscado por todas partes ese libro que dice lo que suponemos nadie más ha dicho?


lunes, 3 de junio de 2019

del por qué se escribe...

Aunque no fuese más que una ridícula ilusión, uno está convencido de escribir porque tiene que decir lo que nadie ha dicho. Decir lo que nadie ha dicho significa contradecir a todo el mundo. Escribir es, pues, el placer de contradecir, la felicidad de estar contra todos, la alegría de provocar a tus enemigos y de irritar a tus amigos.
Milan Kundera

En un artículo del periódico de hace algunos días venía un comentario sobre un libro en el que se compilan opiniones de escritores que dicen por qué escriben. "¿Por qué escribe usted?" se llama el libro. El artículo muestra la respuesta de una docena de ellos, y de entre éstas, la que más llamó mi atención es la que transcribo al inicio de este posteo. 

La verdad es que las pocas palabras que escribe Milan Kundera me dicen demasiadas cosas que diré a continuación:

  • Uno está convencido de escribir porque tiene que decir lo que nadie ha dicho. O al menos, nadie lo ha dicho ni lo dirá como lo diremos nosotros. Sobre todo con las pifias gramaticales y omisiones en lo que es el sentido de lo que queremos decir. Uno cree que debe decir lo que quiere decir, sólo por decirlo. Y supongo que inconscientemente nuestra vanidad es la que nos dice que nadie ha visto ese ángulo particular sobre el que queremos hablar.
  • Decir lo que nadie ha dicho significa contradecir a todo el mundo. Creo que este aspecto se refiere más a que seamos honestos con nosotros y que digamos eso que queremos decir así a nadie le importe o nadie lo lea. O que quien nos ha leído prefiera no volver a hacerlo porque no somos políticamente correctos o no usamos los eufemismos pertinentes. Pero es que el acto de escribir para complacer a los demás sería lo más estúpido que podríamos hacer al ponernos a teclear.
  • El placer de contradecir, la felicidad de estar contra todos, la alegría de provocar a tus enemigos y de irritar a tus amigos. Esto del placer de estar contra todos me suena al superlativo de decir lo que nadie ha dicho, creernos tan especiales que nuestra originalidad supera incluso lo que los demás pueden entender, y me parece muy exagerado. No sé, pero particularmente me agrada cuando alguien me dice que piensa como yo o parecido, siento que no estoy solo en lo que veo o siento. Sí creo que no pienso ni veo el mundo como la mayoría, pero me parece demasiado exagerada esa visión de estar contra todos, aunque no tanto como la de provocar a mis enemigos. Sinceramente no creo tener enemigos, si los tuviera no creo que me leyeran, y pienso que solamente llegarían a irritarse algunas personas si tuviera algún éxito literario. Por otro lado no me considero tan especial como para que los amigos que me leen se irriten.