martes, 28 de diciembre de 2021

quizá

Quizá la etiqueta que más utilicé en el blog este año fue la de amores. Quizá. 

Entre poemas, recuerdos y todo lo que se resiste a irse. Reflexiones de cosas que seguro, si las pensara un momento, no me parecería pertinente escribir. Pero no creo que haya mejor forma de exorcisar todo eso que sembramos dentro mío que seguirte escribiendo.

Por febrero o marzo publiqué aquel supuesto último poema. Es obvio que no lo fue. Y de hecho tu esencia me alcanzó para escribir tres o cuatro poemas que me gustaron mucho. Robando versos de cualquier lado que se maceran con tus necios y perfumados restos.

Finalmente, no hago caso a lo que dicen las redes y los pseudocouches que debe hacerse. Esos remedios genéricos saben nada sobre mí.

 



jueves, 23 de diciembre de 2021

viejos quejumbrosos

 

 
 

Este es el meme del que hablé en el posteo anterior. Que con mayor o menor precisión creo que sí refiere esa supuesta dificultad por encontrar amor cuanto más se envejece.

Porque en mi opinión lo único que parece cierto es lo del ex insuperable. Sí, algunos tenemos hijos; pero algunos hijos ya no están en una edad donde no nos permitan rehacer nuestra vida. Como en mi caso.

Sí, casi todos estamos traumados de alguna manera; pero algunos, quiero creer que cada vez más, hemos ido o vamos a terapia, y tenemos una visión más sana de lo que podemos ofrecer en una relación.

La edad me ha vuelto más aburrido y sí, muchas veces me da mucha hueva salir. Preferiré mil veces un plan casero, sea en nuestra intimidad o con amigos. Que hagamos algo juntos sin salir o que cenemos, juguemos, bebamos y charlemos con la gente con la que nos gusta estar. Aunque creo que la gente como yo es menos que la que disfruta yendo a todos lados a exhibirse, entre otras cosas.

¿Nadie responde los mensajes, todos tienen un ex, todos andan ocupados?

Y ahora que escribo con la referencia precisa enfrente, me suena a aquello que todavía repiten muchos, de que todos los hombres o todas las mujeres son iguales. Que es una mentira desde donde se le mire. Que es una excusa para poner en los demás y no en mí mi imposibilidad por poder tener algo sano con alguien.

Porque si nadie responde los mensajes implica que yo tampoco lo hago. Y sí, cuando se tiene interés en alguien no importa si son las dos de la mañana, es domingo muy temprano o se vive un día repleto de ocupaciones; nunca faltan diez segundos para decirle te quiero a esa persona especial. O para responder ese mensaje recibido. Y sin interés cualquier excusa suena aceptable.

También creo que una persona que apareció y que te hace sentir feliz te quita de la cabeza el recuerdo de cualquier otra. Igual, hasta que pierdas el interés.

lunes, 20 de diciembre de 2021

Veía hace poco un meme que en resumen decía que entre más viejos nos ponemos más difícil es encontrar una pareja ¿buena? Y la verdad es que se me ocurren muchas cosas sobre las que podría hablar a este respecto.

Sí creo que al paso de los años nos vamos jodiendo cada vez un poco más, y que es muy poca la gente que se preocupa por ser una mejor persona. Que por tales razones cada vez se carga con más cicatrices y quizá se tiene menos fe en los demás. Incluso podría decir también que nos ponemos más egoístas.

Pero estoy completamente convencido de que luego de una larga soledad, cuando se conoce a ese alguien especial que despierta las mariposas que se alebrestan sin dudar, uno se emociona. Y te sientes feliz. Y aunque todos esos memes de mierda digan que ahora eres selectivo y que como sabes vivir solo no dejas entrar a cualquiera, te sientes extraordinariamente feliz. Y deseas con cada poro de tu cuerpo que esto que ahora sólo se basa en intenciones, deseos y expectativas sea real.

Aunque se aparezca el miedo. El miedo que todo jode.

 


lunes, 13 de diciembre de 2021

la debilidad de cualquier hombre

Me haces pensar en Shae y Tyrion. Lo sé, ni eres una puta ni soy tan inteligente. Aunque ambos, como cualquier otro hombre, el más sabio o el más imbécil, podemos perder el juicio por una mujer. 

Pero en los libros parece que Shae ha llegado no digamos a amar, pero sí a querer a Tyrion. No recuerdo indicios de lo contrario, y te llegas a creer que la convivencia y las atenciones le han sembrado cariño por el peculiar enano. 

Creo que eso sería el amor ideal, no tener motivo alguno para dudas o recelos sobre el cariño de quien, dice convencida, que nos ama. Porque como escribe Jorge Volpi en "En busca de Klingsor", jamás tendremos la certeza de que quien dice amarnos en verdad lo hace. Decidimos creerlo y con eso nos basta. Preguntarlo, además, sería una insensatez.

Yo decidí creer tantas cosas. Como el enano. Como cualquier otro. 

Qué otra cosa se puede hacer en tal situación. Creer y cruzar los dedos.




jueves, 9 de diciembre de 2021

hablar de amor

No he sabido decir todo lo que pienso en ti, ni he sabido hablar de amor...

Escuchaba este fragmento de Carta a Francia, mi canción preferida de Fernando Delgadillo, y una de las canciones que más me gustan, no sólo por lo que dice, sino porque me identifico con muchas cosas: escribir y vivir amando a alguien, criticar la música y la creación de la actualidad.

¿Si cada cabeza es un mundo cada forma de amar es distinta? 

Seguro dirá alguien mejor informado que yo que esas pobrísimas maneras de amar no se pueden llamar amor, y coincido totalmente. Como también pienso que no existen tantas posibilidades de mundos como individuos pueblan esta malgastada tierra nuestra. Hay ciertos tipos de personas con ciertas ideologías y ciertas carencias o bondades educativas, de las que no creo que haya más de ciertas posibilidades, pero sumando los matices de, por ejemplo, generación, religión, clase social o nivel cultural, el abanico existente crece considerablemente.

Pero creo que como ha escrito Xavier Velasco, nadie escribe nunca lo que quiere. Así que aunque mi forma de concebir el amor y de demostrarlo, que sería lo realmente importante, fueran adecuadas, seguramente no habría sabido hablar sobre él, eso que mueve al mundo. 

 


 

jueves, 2 de diciembre de 2021

Entre desechos (libro)

Luego de más de un año, hice un segundo Libro de artista. Aunque sabía qué poema quería usar para ello, no tenía certezas sobre cómo lo iba a hacer. Hasta que aparecieron algunas.






 

El poema es este:

En la inmunda madriguera
de los tequieros fingidos
reposan besos caducos
de embusteros malcogidos,
junto a vírgenes suicidas
y párrocos reprimidos
onanistas delirantes
y adolescentes urgidos.

Ahí el amor se hace polvo
entre rencores y olvido
y los cariños cobardes
se sienten correspondidos,
futuros que nunca fueron
no dejan ni rastro exiguo
palabras de caramelo
se oxidaron en cinismo.

Los parasiempres fugaces
duermen con los espejismos
ilusionando tontuelas
junto a machos clandestinos
que creen que ninguna puede
resistirse a sus cariños,
los amores desechables
se desangran en el limbo.

viernes, 26 de noviembre de 2021

de mi proceso

A pesar de que en los últimos años ha sido algo mucho más común, me sigue sorprendiendo la forma en que se llevan a cabo los procesos de creación en mí; iba a decir que en mi cabeza, pero no sé si sea el único lugar en donde se comienzan y se terminan de acomodar los elementos y las ideas que terminan siendo algo significativo.

Muchas veces me pasa que la primer idea que tengo no se parece nada a lo que termina siendo algo. Casi siempre ese primer impulso por crear algo va transformándose en el momento en que pongo manos a la obra (pocas veces mejor dicho). Pero ahora que lo pienso esto sólo se refiere a mi pintura, y en las dos veces que ha pasado, en los libros de artista, que aunque tienen dentro un poema, ya había sido escrito, así que nada tiene que ver con un proceso de creación.

Porque mi escritura es más inmediata. Tengo la idea de escribir sobre alguna cosa y cuando comienzo a teclear, las ideas se incorporan a lo que voy escribiendo, cuando hay suerte. En ocasiones más desafortunadas hay que estar rascando un poco o bastante más para que las palabras lleguen a la hoja virtual. Algo muy similar a lo que siento con los versos, que parecen salir cuando lo necesitan.

Pero como decía, me sigue maravillando la forma como ocurre el proceso, un proceso del que soy parte y del que a veces soy consciente hasta que ya está ahí frente a mí el resultado. Y es entonces que me doy cuenta que comencé a hacer lo que hice sin haberlo pensado. Es la obediencia a un instinto, es continuar por un camino que de pronto apareció y al que sin dudar me adentré.





lunes, 22 de noviembre de 2021

Hay tantos días en que quisiera tomar el teléfono, buscar tu nombre en el whatsapp y saludarte. Preguntarte cómo estás, y todas esas otras preguntas programadas para esconder lo que quisiera saber pero que ya me convencí de no poder saberlo. Porque no lo dirás. Porque sería demasiado necio e ingenuo si me atreviera a preguntar lo que sé que no contestarás, porque no quieres o porque no crees que me merezco al menos eso.

Creo que desde que nos reencontramos en esas malas circunstancias no había pasado tanto tiempo sin saber uno del otro. O mejor dicho, tanto tiempo sin que yo preguntara por ti. Porque era yo casi siempre el que interrumpía tu día con un mensajito que en su obvia pregunta escondía todo el amor que seguía sintiendo por ti. Sí, incluso después de que me hicieras ver que ya no querías nada romántico conmigo. Porque eso no iba a hacer que dejara de quererte aunque pudiera seguir mi vida sin esa certeza que creía tener y que tan desalmadamente volviste a poner en mi corazón, aunque sabías que era una mentira que necesitabas contarme para que todo saliera como querías.

Y si las cosas no salieron como querías... para qué seguir mintiendo. Pero al menos creo que me merecía una explicación. 

Muchas veces pienso que no volveré a verte, aunque igual y me vuelves a necesitar. Y sabes perfectamente que ahí voy a estar, junto a ti. Si acaso no estoy ocupado. Seguro también lo imaginas.

entropía

Es natural que cuando todo va muy bien te relajes y... todo se joda. Que lo jodas con tu ¿desatención, conformismo, felicidad, indiferencia?, ante la estabilidad deseada.

¿Cómo mantener tu determinación, entusiasmo, afán seductor, cuando parece que eres feliz y que te quieren?

¿Es una tendencia hacia el fracaso? Innata, ineludible, sólo salvada por los que se conforman. Sólo eludida por quienes no aspiran a más que a una normalidad feliz.

Por qué habrías de preocuparte si todo parece ir de maravilla. ¿A quién tendrías que impresionar si crees que ya se enamoró de ti?




miércoles, 17 de noviembre de 2021

Birdman dorado

Me encanta "Birdman". Dejando de lado la maravillosa realización del filme, con esos impresionantes planos secuencia, la historia me parece genial. No creo exagerar en mis adjetivos.

Y supongo que el asunto que trata la película me parece tan relevante porque me identifico con él: tener prestigio antes que fama. La genuina admiración y reconocimiento de pocas personas antes que la aclamación de una multitud ignorante.

Parece que en algunos habita un narcisismo tan peculiar que no se conforma con simple admiración sin sustancia como fondo. 

Y entre las asociaciones que de cuando en cuando se posan sobre mi cabeza, me parece que la premisa de "Birdman" tiene que ver con la preocupación del Jaime Lannister de los libros, que es el mejor personaje de la saga, en mi opinión. 

Jaime es el caballero más heróico pero también el más despreciado. Al que se reverencia cuando pasa, debido a la casa a la que pertenece como por su insuperable habilidad con la espada, pero del que se hacen bromas y burlas y se desprecia una vez que se ha marchado. 

Vociferar sobre el deshonor del Matarreyes hace que te sientas de súbito un poquito más honorable, como criticar al supuesto actor sin talento que sólo pudo interpretar a un superhéroe, remendará alguna otra carencia nuestra.





viernes, 12 de noviembre de 2021

La timidez de los árboles

 


- Existe un fenómeno llamado “timidez de los árboles” según el cual sus copas no se tocan… Son un claro ejemplo de respeto al espacio de los otros.
- ¿Dices que deberíamos aprender de ellos?
- Es la naturaleza manifestándose ¿no? Sobreviven y conviven respetándose…
- A distancia…
- La justa y necesaria para ser.
- ¿Insinúas que no podrían ser si se tocaran?
- No lo sé… Serían… distintos, seguramente. Y supongo que habrá una importante razón para que no lo hagan.
- ¿Y tú eres uno de ellos?
- ¿Yo? No, ¿por qué?
- Porque no estás tocando mi copa y a mí me da frío esta distancia.

 

Este es un hermoso texto de mi amiga Alís Gómez que describe un ideal. El ideal de una relación de pareja, al menos desde mi punto de vista. 

La distancia justa y necesaria para seguir siendo, a pesar de estar unidos sentimentalmente a alguien. Que nadie tenga que renunciar a nada por estar con alguien. Estar uno al lado del otro como los árboles, ahí, dispuestos para cualquier cosa pero respetando nuestra individualidad.

Pero con los toques pertinentes y necesarios para nosotros que sí necesitamos el contacto físico: caricias, abrazos, besos, sexo; las manos enlazadas al cruzar las avenidas y el abrazo infinito luego del gozo carnal en un amor que no intente poseer. Los brazos que sin saber como confortan en los momentos tormentosos.

Teóricamente se lee sencillo.

miércoles, 10 de noviembre de 2021

la vida y el beisbol

El pasado mes de octubre, igual que en ese mes de otros años, escribí algunas entradas relacionadas con el beisbol, en cuyo mes precisamente ocurren las finales de la temporada de MLB. Un mes de drama y emoción para los que disfrutamos con el rey de los deportes.

Mi memoria ya no funciona como me gustaría y cada vez más seguido me juega malas pasadas. Quería hacer una analogía entre lo que pasa en un campo de beisbol y lo que pasa en nuestra vida, pero ahora que reviso, me puse a hablar de otra cosa. Sí, relacionado a ello, o eso creo, pero no lo que en un principio quería decir y que ahora veo. La cosa es que no me he quedado con las ganas de escribirlo esperando que salga como debería.

Sí hablé en una de esas entradas sobre el peso de la suerte en un juego de beisbol. Con algunas décadas a cuestas puedes darte cuenta que muchas historias de éxito tienen como ingrediente primordial a la suerte, que no habrían sido posibles sin ella: el Homo ecce de Borja, Cincuenta sombras de Grey, Yalitza Aparicio, entre otros miles de ejemplos. O dosis de suerte pequeñas como que el autobús llegue en el momento preciso en que llegas al paradero o que en la reunión a la que fuiste con tus padres llegue una chica de tu edad con la que tendrás que convivir unas cuantas horas.

Dejando a la suerte de lado en su veleidoso andar, pese a lo que en estos tiempos muchos vociferan, somos seres sociales y necesitamos de los demás para convivir, como especie nos estamos hechos para estar solos. Ya hablaba en esa otra entrada sobre que además de algo de suerte el pitcher que lanza un juego sin hit necesita el apoyo de todo su cuadro: que roben en hit, que hagan la gran jugada, que no pifien o fallen un tiro; aunque el mérito es sólo suyo. Igual que acá, cuántos tienen ideas y hacen cosas pero son otros los que se apuntan el crédito, todo el crédito.

Puedes batear un triple y quedarte esperando en la antesala porque ninguno de tus compañeros pudo llevarte a home. Puedes tirar ese gran partido y ver como el bullpen se cae tirando con ellos lo que hiciste. O al revés, puedes no salir en tu mejor noche pero aun así ganar el juego porque tus compañeros han hecho demasiadas carreras.

Podría seguir escribiendo y pensando ejemplos en un ejercicio demasiado ocioso. Sólo diré que como bien se dice el pitcheo es la clave del juego. Y mucho de él se basa en engañar. Igual que en la vida.




lunes, 8 de noviembre de 2021

perspectivas

Me causaba un problema, no sé ahora si decir que cierta ansiedad, que las vidas de los personajes de las series de televisión siempre terminaran en desgracia. Habia  una posibilidad de hacerla, de lograrlo, de salir del hoyo, de triunfar inesperadamente... pero nunca pasaba. Al final siempre algo salía mal y todos volvían a ser desgraciados. Y se llegaba a estar tan fantásticamente cerca de esa soñada meta que la decepción era, obvio, mucho más estrepitosa.

Ahora pienso que quizá todo ese cúmulo de fracasos era una educación que debíamos tomar y aprender para saber cómo iba a ser nuestra vida. Esa era la base real, la del fracaso, no la de todas las películas que veíamos con finales felices en vidas envidiables, donde por alguna mágica razón, la chica perfecta y bellísima prefería estar con el tipo común y corriente que nos representaba a todos los nadie. Y en esos pobres referentes basábamos todas nuestras expectativas.

Hace poco releía un cuento de Juan José Millás acorde a este divague:

    Ya de pequeña, en los primeros años de mi infancia, comprendí que el ser humano está más dotado para la infelicidad que para la dicha. Por eso me llamaba la atención ver como hombres y mujeres, desde edades muy tempranas, se afanaban por labrarse un futuro feliz. Naturalmente, cuando llegaba el futuro –vacío de placer, pero rico en desventura– caían en profundas depresiones, pues habiéndose preparado para enfrentar la dicha, ignoraban de qué manera se debe manejar el infortunio.




miércoles, 3 de noviembre de 2021

cursilerías

"Yo soy un tipo increíblemente cursi, y no lo lamento porque, al igual que el humor, creo que sé potenciar mis cursilerías y mis romanticismos a veces muy baratos y, de alguna manera, convertirlos en otra cosa, una especie de fuerza incontenible de los sentimientos, esa capacidad prodigiosa de reír o de llorar que tienen las gentes sencillas, y que tanto les envidiamos los intelectuales. Mi romanticismo es de baja ley; todavía hoy una balada escocesa cantada con la voz engolada que corresponde, me arranca lágrimas, y una vez por semana salgo llorando del cine o del teatro, es realmente horrible, pero tan hermoso". 

Me siento extraordinariamente identificado con lo dicho aquí por Julio Cortázar en una carta de 1973, donde habla sobre Rayuela, particularmente aquí, sobre el romanticismo de la obra.

Aunque me cueste hablar de mí y definirme, supongo que siempre vendrá a mi mente que me cosidero cursi, que soy cursi. Y que he salido muchas veces de la sala de cine con los ojos todavía mojados por las lágrimas derramadas, y sí, que me parece horrible y lindo, con tendencia sobre lo primero. Tantas veces me parece exagerado cómo me brota la emoción por los ojos. 

Por el ojo. Mi ojo izquierdo, mi ojo llorón. Necesito un grado de emoción superlativo para que me lloren ambos ojos.

Y aunque guarde mis distancias con Julio, alguna que otra vez he convertido eso que cargo dentro en otra cosa. En algo valioso, bello, incluso no me pesa decir sublime; esa fuerza incontenible de los sentimientos a la que se refiere Julio en la carta. 

Lo siento en estos últimos tres años, tanto con los autorretratos como con los versos, pero quizá sólo ahí.

Sé que no tiene nada que ver, pero Julio murió el día que cumplí cuatro años. 

 


 

viernes, 29 de octubre de 2021

amar(se)

Dicen las lenguas que se consideran poseedoras de ciertas verdades que parecen innamovibles, aunque la metamorfosis de esta idea la ha vuelto del conocimiento de todo tipo de individuos, que para poder amar a alguien debes primero poder amarte a ti. Es una idea que en mi opinión tiene mucha lógica pero que también me hace pensar ciertas cosas con respecto a mí y mi forma de amar.

Por un lado he descubierto que no me amo. Así, sin analgésico ni eufemismos. Es mi verdad. Pero por otro lado soy alguien que sabe amar, que se puede entregar a ese ser especial (o no tanto) sin pensar en nada más que en que es feliz haciéndolo. Me lo dijo una buena amiga luego de leer el primer libro que escribí, me lo dijo el psicoterapeuta: tienes una forma de querer muy bonita; y lo pienso yo. Sé que sé amar, o al menos eso es lo que pienso.

Y entonces aquí hay una enorme contradicción como cualquiera puede darse cuenta. Y es el asunto que me ha puesto a pensar más de una vez: no creo que sea del todo cierta esa supuesta verdad, yo sé amar a pesar de no saber amarme.

Es curioso que lo que me trajo a teclear esto es un fragmento que dejé señalado en 1Q84 de Murakami, que a pesar de que me interesó y me intriga en que acabará la extravagante historia, no me gustó demasiado ni me parece que Murakami sea el gran escritor que muchos dicen que es. El fragmento es el siguiente:

    –Estoy cansado de vivir detestando, odiando, guardando rencor. Estoy cansado de vivir sin amar a nadie. No tengo ni un solo amigo. Ni uno solo. Y, sobre todo, ni siquiera soy capaz de amarme a mí mismo. ¿Por qué no puedo amarme? Pues porque no puedo amar a otros. Cuando uno ama y es amado, la gente aprende la manera de amarse a sí mismo. Quien es incapaz de amar a alguien, no puede amarse debidamente a sí mismo.

Ni las verdades que se alardean a diestra e izquierda son ciertas por ello, ni las cosas que se dicen en los libros lo son por esto mismo. Pero también encuentro lógica en el argumento. 

Aunque creo que la lógica la pongo yo al mirarme.

 



martes, 26 de octubre de 2021

Vida beisbolera


 

Creo que nadie podría haber imaginado que Boston le iba a echar a perder dos salvamentos consecutivos al mejor pitcher cerrador de todos los tiempos, Mariano Rivera. No imagino al más entusiasta fanático creyendo que era posible que sus Medias Rojas pudieran llegar a la Serie Mundial, luego de estar 0-3 y a tres outs de la eliminación, precisamente teniendo a Mariano enfrente. Pero Boston fue campeón, la maldición del Bambino caducó y es el equipo con más títulos en este siglo.

Alguien ha dicho que lo más predecible de la vida es que es impredecible. Algún otro sentenció que si quieres hacer reír a dios debes contarle tus planes, cosa que supongo molestará escuchar a los creyentes en los decretos y en un universo complaciente y a nuestras órdenes. 

Así de impredecible es el beisbol. 

El pitcher más impresionante de la temporada puede ser agarrado a palos en postemporada, mientras que el novato al que no hubo otro remedio que darle una oportunidad con el Rosario en la mano, puede lanzar el partido soñado por cualquier lanzador. Con las bases llenas, el campeón de bateo de la liga puede batear para doble play pulverizando millones de ilusiones, de la misma forma que el pitcher de la liga americana puede dar de hit en la Serie mundial.

Cuántas veces habré visto todos estos escenarios en mi vida. A favor del equipo que apoyo y en su contra. 

Qué bases tiene en realidad un manager para decidir sacar a su abridor entregándole todo a lo que traiga en el brazo y en los nervios su relevista estrella. Cuántas veces no he visto que la titánica labor de un pitcher es tirada al caño en unos cuantos segundos.

Y recuerdo a Lennon: la vida es eso que pasa mientras estamos ocupados haciendo otros planes. Y un strike de vida siempre será suficiente, también.


lunes, 25 de octubre de 2021

La la what?


  

No sé si será que me acostumbré tanto a los finales felices que un término agridulce o de plano amargo me molesta bastante. Un final abierto donde podría pasar cualquier cosa pero no se nos asegura qué, se me queda incompleto. Quiero algo que al menos hasta donde ha llegado la historia las cosas parezcan resueltas, con una resolución satisfactoria.

Aunque quizá es tan en exceso agradable ver una historia resuelta de la mejor manera como una especie de paliativo frente a nuestra imperfecta vida. Al menos en la pantalla las cosas funcionan.

Recuerdo también el final de Girls, cuando parece que pese a todo Hannah y Adam terminarán juntos y, seguramente luego de tanta experiencia estarían preparados para vivir juntos de la mejor manera, las cosas ya no funcionan, ya no son como antes, la magia se extinguió. Lo que son cenizas ya no pueden arder a pesar de haberlo hecho antes con tal intensidad. Y nos volvemos a quedar con cara de: Pero por qué.

Creo que precisamente un final como el de La la land nos desconcierta tanto porque no sabemos soltar a las personas cuando deberíamos. Si todo parecía tan bello, si todo parecía tan perfecto. Qué difícil aceptar que una persona ya no es para ti, que quizá no lo fue nunca.

viernes, 22 de octubre de 2021

de la suerte, la envidia y los strikes

Dice una frase bastante popular que los afortunados en el juego, son forzosamente desafortunados en el amor. Palabrería que me hace pensar en nuestra innata envidia. Alguien está teniendo demasiada suerte jugando, y la mayoría de la gente juega por dinero. Ergo, si alguien se está enriqueciendo a nuestra costa, pues que al menos nos quede la malsana satisfacción de que en cuestión de amores es muy desafortunado. Y pensemos de paso que la vida tiene algo de justicia.

Yo pienso que la vida no es justa y que esa supuesta sabiduría popular es totalmente falsa. La suerte jugando a las cartas va y viene en su azaroso juego mientras que la suerte del amor depende mucho más de nosotros.

¿Y qué tienen que ver los strikes? preguntará más de un lector. Pues que me puse a pensar que lanzar un juego sin hit depende más de la suerte que de la habilidad del pitcher. Que para lanzar un juego perfecto se necesite de mucha más suerte que de perfección: la suerte del lance espectacular, la suerte de que nadie cometa ese error fuera de su rutina. Quizá también la suerte de que el ampayer cante un strike que no era.

La habilidad del pitcher está además de en lanzar esa escurridiza pelota, en no conceder bases por bolas. La pequeña gran diferencia entre el sin hit y el perfecto, contra la que decía el Mago Septiem, no hay defensa.

Y esa invaluable suerte, que caprichosa, puede cambiar de lado en el momento menos esperado.



martes, 19 de octubre de 2021

"Copular, no hacer el amor sino copular, como los cerdos o los caballos: eso hacían los hombres con las mujeres. Abalanzarse sobre ellas, abrirles las piernas, meterles sus chorreantes vergas, embarazarlas y dejarlas para siempre con la matriz averiada, como André Chazal a ti. Porque esos dolores ahí abajo tú los tenías desde tu malhadado matrimonio. "Hacer el amor", esa ceremonia delicada, dulce, en la que intervenían el corazón y los sentimientos, la sensibilidad y los instintos, en la que los dos amantes gozaban por igual, era una invención de poetas y novelistas, una fantasía que no legitimaba la pedestre realidad. No entre las mujeres y los hombres en todo caso. Tú, por lo menos, no habías hecho el amor ni una sola vez en esos espantosos cuatro años con tu marido, en aquel pisito de la rue de Fosses-Saint-Germain-des-prés. Tú habías copulado, o, mejor dicho, habías sido copulada, cada noche, por esa bestia lasciva, hedionda a alcohol, que te asfixiaba con su peso y manoseaba y besuquaba hasta desplomarse a tu lado como un animal ahíto. Cuánto habías llorado, Florita, de asco y vergüenza, después de esas violaciones nocturnas a que te sometía ese tirano de tu libertad. Sin preocuparse jamás de averiguar si querías hacer el amor, sin la menor curiosidad por saber si gozabas con sus caricias –¿había que llamar así a esos jadeos repugnantes, esos lenguetazos y mordiscos?–, o si te causaban dolor, tristeza, abatimiento, repugnancia. Si no hubiera sido por la tierna Olympia, qué pobre idea tendrías del amor físico, Andaluza.

Pero todavía peor que ser copulada, fue quedar embarazada a consecuencia de esos atropellos nocturnos. Peor. Sentir que te hinchabas, deformabas, que tu cuerpo y tu espíritu se trastornaban, sed, mareos, pesadez, el menor movimiento te costaba un esfuerzo doble o triple del normal. ¿Eso, las bendiciones de la maternidad? ¿Eso lo que ansiaban las mujeres, con lo que cumplían su vocación íntima? ¿Hincharse, parir, esclavizarse a las crías como si no bastara ser esclava del marido?"

De "El paraíso en la otra esquina" de Mario Vargas Llosa.

 

Debería parecerme sólo un documento que atestigua el atraso y la ignorancia de la civilización, una triste postal macabra, empolvada, superada, por más vergüenza que dé. Pero tiene una vigencia mayor de lo que me gustaría creer. 

Y hay tantos que siguen negando la deuda que tenemos con las mujeres, de los privilegios que aún tenemos. No creo que haya que decir mucho más.

 



viernes, 15 de octubre de 2021

hábitos

Depender del hábito, no de la motivación. Pues sí, suena bastante lógico. La motivación se esfuma tan fácil como llegó, el hábito de vuelve parte de uno.

No quiero echar las campanas al vuelo, ni dar por hecho cosas, pero luego de poco más de dos meses me gustaría creer que he vuelto un hábito el ritual matutino que implementé en mi vida. Un ritual que incluye meditación, o un intento de esta; escritura de un diario, lectura, dibujo con mi mano izquierda y ejercicio, y que por extraño que a mí mismo me parezca no he interrumpido ni en los días de más pereza. Algo que no me habría imaginado.

Bueno, nunca me creí capaz de estar frente a un extraño y hablarle de mí intentando ser sincero, dejando la vergüenza afuera de la pieza. Así que no debiera sorprenderme tanto. Aunque gracias a ello me conozco más y sé todo lo que implica.

 



jueves, 14 de octubre de 2021

el rey de los deportes

Dice Ernesto Jérez que ningún deporte genera tantas emociones como el beisbol, y estoy completamente de acuerdo con él. Afirmación que sonará ridícula para todo aquel que no haya disfrutado de un emocionante juego de postemporada o que no haya tenido la curiosidad de sentarse a observar un juego, que cree que es un deporte aburrido o que dice no entender cómo se juega. 

Digo un juego de postemporada porque es cuando hay más en juego, no hablemos ya de un juego siete de serie mundial, como el Indios Cachorros de 2016 que tuvo uno de los finales más emocionantes que yo recuerde. 

Podría citar ejemplos y ejemplos desde que comencé a mirar el juego con plena conciencia, con héroes que se cayeron cuando no debían y chicos inexpertos que forjaron una leyenda basada en talento y suerte: ¿Clayton Kershaw y Steve Avery? ¿Barry Bonds y Josh Beckett?

Como en todo, no se puede hablar de lo que no se conoce. Yo que soy un apasionado de los deportes lo afirmo: ningún deporte genera tantas emociones como el beisbol

¿Alguien recuerda el jonrón de Muncy casi a las 3 am en la entrada 18?

 


 


domingo, 10 de octubre de 2021

asuntos poco elegantes

 

¿Por qué es poco elegante sentir que necesitas a alguien? Que te sientes mejor persona junto a esa persona, que sientes que la conoces de otra vida, y se te hace infinitamente difícil entender la vida sin él/ella. A mí no me parece algo necesariamente malo...*

Me parece grotesco que todos quieran dejar claro que no necesitan a nadie, que ellos no sufren por amor. Parece que piensan que si todos repiten la misma mentira parecerá más verosímil. Como esa multitud de súbditos que se ha puesto de acuerdo para asegurar que el traje nuevo del rey es lo más hermoso que han visto. 

Se ha puesto tan arriba al individuo como tal, que resulta descabellado imaginarlo incompleto a causa de la falta de su ser amado. Sólo un ser inferior podría sufrir por alguien.

Pareciera un juego idiota desear que aparezca alguien especial a la vez que tratar de que parezca que no se necesita a nadie en absoluto.

*de lachicadelahoradelte.blogspot.com

martes, 5 de octubre de 2021

morir joven

Para morir joven ya soy demasiado viejo.

Esta sentencia me ha hecho demasiada gracia, y claro, me ha hecho pensar en mí. Es el nombre de un blog al que entré a leer hace algunas semanas. 

Y aunque me siento joven en verdad, y no como muchos viejos se aferran a decir para ver si pueden engañar al tiempo o a la vida, o a los demás; sí creo que para morir joven ya soy bastante viejo. Han pasado por mi vida once olimpiadas.

Porque a pesar de todo, ya no soy un chamaco de veinte, aunque tantas veces lo parezca.

Y recuerdo con una sonrisa burlona cuando siendo niño pensaba que alguien que pasaba de los cuarenta ya no era joven. Tampoco era viejo, pero ya no joven. Y como dije antes, me siento joven. No sólo porque no adolesco de los achaques de los que alardean los treintones, como una cruda de varios días o inexplicable dolor de espalda.

Pero me parece apropiada la frase: soy demasiado viejo para morir joven.




viernes, 1 de octubre de 2021

de estupidez y libros

...pero pese a lo mucho que había leído, a veces se mostraba tan estúpido como Grenn...

Es cierto. Pocas cosas hay tan ciertas. No importa cuánto se lea, en esencia seguimos siendo los mismos estúpidos. O los mismos no tan estúpidos.

Creo que todo se resume a algo dicho por Cortázar en Rayuela: La razón sólo nos sirve para disecar la realidad en calma, o analizar sus futuras tormentas, nunca para resolver una crisis instantánea.

Como escribí hace no demasiado tiempo, la experiencia en realidad sirve de poca cosa. Lo sabe cualquiera que se ha salido de sus casillas por cualquier razón luego del desaguisado hecho, mientras no deja de pensar qué ha pasado. 

No importa cuántos libros devores, a la hora cero, todos se quedan guardados. Y además se recuerda tan poco de lo que se lee.

 

Por cierto, el fragmento es, creo que de Danza de dragones. Samwell Tarly es el estúpido gran lector al que Jon se refiere.

Y creo que esto también tiene todo que ver con que me parezca tan ridículo que la gente presuma que si lees te vuelves más inteligente, entre otros cientos de virtudes que quieren que creamos que tienen. En primer lugar porque los libros que leen no tienen valor más allá del entretenimiento. Son sólo historias para pasar el rato.

 




miércoles, 29 de septiembre de 2021

del autoconocerse


 

Dice Antonio García Villarán que uno pinta autorretratos para conocerse. Conmigo fue al revés. 

Luego de ir a psicoterapia, de conocerme mucho más de lo que me conocía, de ver cosas que no esperaba ver, que no quería ver; fue que sentí la necesidad de pintarme. De plasmarme de alguna forma. De representar algo sobre mí. ¿Es mi evidencia?

O quizá todo es parte de un proceso que inicié al demostrarme que me quiero un poco. Aunque sólo haya sido un efecto secundario.

sábado, 25 de septiembre de 2021

dosificándote

Qué desastroso soy dosificándote
intentando beberte de a poquito
chiquiteando tu dosis de recuerdos
pa que no se termine nuestro idilio.
 
Es esta vocación de masoquista
que le ofrece al futuro un anticipo
guardándote para ese por si acaso
tratando de llevarte al infinito.
 
Un síndrome de capitán galante
mi falla que se ampara en mis prejuicios
un conformismo solidificado
el miedo a conocer algo más lindo.
 
Aficionado a las historias de otros
pobre voyeur cargado de cinismo
por cinefilia guardo los instantes
por mi incapacidad cerrando ciclos. 




miércoles, 22 de septiembre de 2021

de esa búsqueda de amor

Escribí hace unos días sobre lo pertinente que sería que me inscriba en la aplicación de búsqueda de pareja de facebook, ya que asegura que encontraré a alguien que me quiera tal cual soy. Irresistible.

Mucha, una bloguera argentina que vive en Miami, me anima a hacerlo. Le agradezco el gesto. 

Pero me advierte de abstenerme de decir que soy raro, algo que me ha hecho reír y halagado al mismo tiempo. Así que soy un hombre raro. Y dentro de todo, sé muy bien que proclamar en un perfil de búsqueda de pareja la rareza personal es una pésima idea. Cualquiera podría imaginar rarezas sexuales extremas, o algo peor, jajajaja. 

Podría decir en todo caso que soy auténtico. Que aunque suena muy pretencioso también es más real, pero ninguna lo sabría, porque como bien canta Roberto Musso: en este mundo nada es lo que parece, porque todos presumen de lo que carecen. Y entonces todos seguimos indefensos frente a la realidad de las personas.

Acaba diciéndome Mucha: si empiezas a hablar de una manera positiva de ti la gente te verá tal cual te pintas. Eso también me ha divertido. No creo que resulte muy agradable si la gente me ve tal cual me pinto, jajajaja.




viernes, 17 de septiembre de 2021

¿literatura?


Esto me suena por el lado aquel de que si quieres ser inmortal debes enamorar a un escritor. Una perspectiva en extremo ególatra desde ambos lados de la ecuación, del creador y de la musa. 

Pero pienso que la inmortalidad de una página impresa que está en una pila de libros olvidados, llenos de polvo, en un libro que nadie leyó, equivale a nada. A no haber sido nunca la musa de nadie, ni adornar con tu nombre o tu descripción o tu recuerdo esas páginas olvidadas y prescindibles. Y en estos tiempos donde abundan los escritores y los poetas aunque esté perdida la sintaxis, la ortografía y la originalidad; esa pila de libros inútiles es aún mayor.

Aunque, en el mejor de los casos, en el de que tu obra se popularice y sea leída por mucha gente, habrás exaltado a la estigmatizada mujer a la repisa de la eternidad. No soy Henry Miller ni escritor parecido, pero creo que escribir sobre una mujer es poner en letras de oro su recuerdo. Ahora menos la olvidas.

De todos modos, pocas cosas se olvidan en realidad. 

martes, 14 de septiembre de 2021

pensamientos

También he comenzado a meditar. Puede que sea ese día el primer día del resto de mi vida. Puede ser. Lo malo de estas cosas, sobre todo en una persona tan perezosa como yo, es que no importa cuantos días lleves haciendo eso que quieres hacer. El día siguiente, hueva más desgano y otras mil cosas más confabulen para que no lo hagas. Los días no se acumulan. Lo que pase en este día sólo depende de este día. Sí, como los alcohólicos. Todo depende de si soy nuevamente capaz de vencerme. Que como dijo quien lo dijo: es la única victoria que vale la pena. El único poder que de verdad importa.

Pero bueno, una forma de meditar es dejar que la mente vaya por donde quiera. Que sea libre. Y precisamente mientras meditaba pensé que ese proceso se parecía bastante a mis sesiones de terapia. Bueno, a las sesiones últimas, a las sesiones que siguieron al día en que Erik me preguntó que por qué preparaba algo para decir. Si lo que debería hacer era dejar que mi mente fuera libre y que hablara de la primer cosa que apareciera en ella. Y sí, desde entonces comencé a hacer eso. Y a experimentar una cierta ansiedad cada que minutos antes de llegar a mi sesión, me llegaban pensamientos sobre algo que parecía interesante para dialogar con él. Qué puedo hacer, soy demasiado cuadrado.

Y hubo días en que de inmediato apareció algo y otros en que me quedé recostado en el diván algunos minutos con la mente en blanco. Y claro, hubo días en que apareció algo salido quién sabe de dónde, pero que, supongo tenía que salir a atormentarme y sanarme, o sólo a dar lata.

 


 

domingo, 12 de septiembre de 2021

de la mejor época del año

Acaba de comenzar una nueva temporada de lo que en este país llamamos futbol americano. Debo decir que luego de que empezara la pandemia es el único deporte que seguí durante toda la temporada pasada, desde el primer jueves por la noche hasta el superbowl. Es obvio que no vi todos los partidos posibles, pero vi los que pude y seguí los resultados cada semana.

De hecho debo decir que resulta bastante atractivo no tener pareja durante esta parte del año (y en octubre son las finales del beisbol), aunque, mejor aún, tener una pareja que disfrute este deporte. La idea de pasar un domingo con ella viendo todos los partidos que nos interesen es casi orgásmica. Y creo que no hay tan pocas fanáticas como podría parecer.

Considero que no es descabellado considerar este deporte un ajedrez humano. Cada jugada está planeada, tiene una intención, busca engañar al rival. Durante el juego se modifican las estrategias y se corrigen las deficiencias. Y claro, es espectacular. Con ese toque de violencia que lo vuelve tan atractivo.

Pero bueno, independientemente del por qué me gusta tanto el americano, lo que venía a teclear en primer termino, es sobre la paridad que priva en la NFL, por mucho, la mejor liga de cualquier deporte. 

Aquí no hay un Real Madrid, un Manchester City o un París Saint-Germain. El equipo con el dueño más rico tiene el mismo presupuesto que el del más modesto. Bueno, Dallas podría equipararse al Madrid no sólo en cuanto a riqueza y popularidad, pero lleva casi treinta años sin ser campeón. Acá el dinero del dueño importa poco. Otro botón: Tampa Bay, el actual campeón, tuvo un periodo de diez años en que fue el peor equipo de la liga, no mucho tiempo después ganó un título y en febrero pasado otro.

En la NFL el equipo que termina peor la temporada tiene la oportunidad de tomar al mejor prospecto colegial. Otra acción destinada a la paridad de la liga. El menos bueno tiene la oportunidad más grande de renovarse, aunque puede pasar que teniendo la oportunidad de seleccionar a Patrick Mahomes lo dejes pasar, como hicieron los Osos de Chicago. O cuántos dejaron ir a Brady que con 44 años juega como chamaco.

Una nueva temporada está aquí y quienes disfrutamos este deporte somos un poquito más felices.




martes, 7 de septiembre de 2021

¿el amor?

 

Facebook me dice que en su plataforma de búsqueda de pareja podré encontrar una persona que me quiera tal cual soy. Lo que sería espectacular de ser cierto. Alguien que me quiera como soy al alcance de un clic. La lotería sin comprar boleto.

Quizá debería creerle. Quizá el algoritmo encargado de sugerirme con quien debería salir es el mismo que me muestra cosas que sí me interesan y que no habría podido ver de otra forma. Que me conoce más que mi madre.

De hecho el año pasado iba a postear en Facebook que el chido era él, no cupido. Por experiencia propia. Por un caso afortunado.

Pero bueno, parece que en el momento en que quiera buscar pareja recurriré al engendro del señor Zuckerberg para hacerlo.

¿Quién podría desdeñar tan extraordinaria posibilidad?

lunes, 6 de septiembre de 2021

hablar

Creo que podría decir que soy un bocafloja, que es un término que recuerdo de los programas de televisión de la infancia, en traducciones hechas no sé dónde; porque no recuerdo haberlo escuchado aquí, en vivo y a color. Y me refiero a tener la boca dispuesta a hablar, y no lo contrario, como podría pensarse al confundir la acepción del floja de flojera con floja de soltura. 

Pero a lo que me refiero es a que me resulta bastante fácil abrir la boca para decir lo que pienso, así sea lo más políticamente incorrecto o lo más polémico. Y no sé qué me da más satisfacción, si generar incomodidad o sentirme libre de decir eso que pienso. Tampoco sé si esta actitud se deba a un contraste con quien era yo de pequeño, callado y temeroso.

Aunque pienso que me siento seguro en mis alardes porque me creo con el conocimiento necesario y la seguridad para sostener eso que digo, que aseguro o que propongo, a veces de la forma más socarrona que conozco.

Pero bueno, me he llegado a dar cuenta de que esto es una parte muy grande de quien soy. Es parte de mí, de este tipo narcisista y contradictorio. 

Y sí, al menos también he aprendido a quedarme callado, por más difícil que me resulte guardarme eso tan maravilloso que podría decir.




viernes, 3 de septiembre de 2021

ilusión y consecuencia

 Fúnebre melancolía
me despoja de mi calma,
mis nervios sobre la palma
la lucha de cada día
para matar la agonía
que se me acumula dentro
¿desearía llegar al centro?
la gran pretensión de Horacio*;
más fácil ir al espacio
que descifrar lo de adentro.
 
Lo de adentro que te anhela,
que se aferró a tu sonrisa,
que te puso en la repisa
donde va el alma gemela.
Mi alma todavía revuela
cuando recuerda la historia
que te plantó en mi memoria
sin pretextos de por medio,
que te vio como el remedio:
felicidad ilusoria. 
 
 

 *Horacio Oliveira, protagonista de Rayuela.

martes, 31 de agosto de 2021

Silver linings playbook

 

Me encanta el título: Silver linings playbook. ¿El libro de jugadas del resquicio de esperanza? Algo así. Es lo que me da el traductor para silver linings. Lo de un playbook lo conozco bien. Veo futbol americano desde pequeño. 

Un libro de jugadas contiene un plan. Es un detallado paso a paso de lo que se hará en cada una de las jugadas que se han diseñado por un entrenador. Es eso, un plan. Y bueno, la vida es impredecible como cada una de esas deseadas jugadas, por más detalladas o más perfectas que parezcan en el papel. A la hora cero podrían resultar como dice el libro o ser un desastre, por cualquier razón. Por fallas en su ejecución o por un apropiado desempeño del rival: el receptor soltó el pase o el defensivo no se tragó el engaño. Bien dicen que si quieres hacer reír a dios le cuentes tus planes. Te agradecerá las risas.

Me identifico con Pat de tantas formas. Creo que cada vez que la vuelvo a ver veo algo más.

Quieres encontrar esa loca que te haga feliz. Quieres encontrarte con esa loca que te quiere por alguna extraña razón y con quien te das cuenta que prefieres pasar todas tus horas. Dos locos que pueden ser felices. ¿Quién no se emocionaría con eso?

Supongo que otra de las razones por las que me gusta tanto es por ese contexto deportivo que tiene. Esa pasión por un equipo, ese gusto por los deportes. Esas referencias verdaderas de los resultados de las Águilas como de los Phillies en la serie mundial del 2008.

¿Mirarte al espejo y ser consciente que estás mirando a tu padre?