jueves, 26 de enero de 2023
Un hombre cualquiera
martes, 24 de enero de 2023
Más libros
Durante los últimos meses del año pasado me llegó la idea de no comprar más libros, al menos en los siguientes años. A principios de ese mismo año me hice con poco más de veinte, que debo decir, si acaso he leído la mitad.
Ha sido este hecho, acompañado de la idea de releer los libros que me han gustado más, la que me ha llevado a tal resolución. Aún tengo libros que no he leído (algunos de antes de aquellos veinte) y hay bastantes que me gustaría releer. Porque si a las películas les damos tantas visualizaciones —aunque si al menos fuera sólo a las magistrales sería más entendible—, esos grandes libros merecen volver a nuestras cansadas manos, por lo menos una vez más.
Sé que no he leído demasiados libros extraordinarios, pero siendo sincero tampoco creo que pudiera leer todos de llegar a proponérmelo.
Y cada día hay más libros, y cada día hay más cosas que quieren apropiarse de nuestro tiempo libre; y luego el amor, o los cariños pasajeros, que para el caso es lo mismo. Quién cambia el tiempo de caricias por otro. Yo no.
Pero bueno, no pude hacerlo. No pude pasar siquiera un año sin comprar libros. En noviembre del año pasado me acerqué a la librería buscando qué regalar, y bueno, las ofertas no tuvieron que esforzarse demasiado para dominarme y salí de ahí con cuatro libros más, aunque debo decir que bastante económicos, ya que no me separé del área de ofertas.
Un libro de Henry James por un dólar es una ganga aquí y en China, ¿o no?
Quizá
viernes, 13 de enero de 2023
Máquinas
lunes, 9 de enero de 2023
vacíos
Hace algunos años escribí sobre el vacío que veía y que todavía veo en la sociedad, un vacío enorme desde mi mirada, y que se intenta esconder tras casi cualquier cosa, sin demasiado esfuerzo, ya que vivimos rodeados de estímulos tras los que intentamos guarecernos para aparentar felicidad.
Creo que nunca como ahora es cierto aquello de que se presume de lo que se carece. Y entonces soy feliz aunque esté solo porque no necesito a nadie para ser feliz y además soy libre; no tengo que darle cuentas a nadie. Y tengo paz y soy feliz (más feliz) porque he aprendido de mis fracasos y la vida me ha enseñado tanto que no quepo de alegría. Y podríamos seguir.
Pero también veo una forma un tanto retorcida de lo que creo es un mecanismo de defensa, que apunta a lo mismo, a alardear que se es feliz aunque no lo pareciera.
Y entonces presumo que vivo endeudado porque compro demasiadas cosas que no necesito, y entonces no me siento solo en mi absurdo estilo de vida porque muchos dicen ser iguales a mí y hacer lo mismo que yo, y se carcajean conmigo de la situación; pero también la sabiduría de los refranes recuerda que los males de muchos sólo consuelan a los tontos. Pero yo no soy tonto porque en mis redes solo cotorreo y no reflejan para nada mi vida.
Pero en fin. Es lo que hay.
miércoles, 4 de enero de 2023
Feliz año nuevo
¡Feliz año nuevo!
Creo que esta podría ser la ganadora de las frases cliché de la vida. O por lo menos quedar entre las finalistas, entre el manojo de sentencias soltadas a la menor provocación, según la época del año que se viva. Pegada del " mi más sentido pésame", que lleva ventaja con el premio a la vacuidad; y podría ser doble ganadora.
Pero, pese a todo, espero que esta separación que hacemos del tiempo, entre el último segundo de un día y el primero del día siguiente, pueda ser la pauta que cada uno fija para lograr alguna cosa. El motivo necesario, el límite del que se parta.
Pero dejando de lado lo ridículo del asunto de creer que la arbitraria división del tiempo tenga algún poder sobre nuestras vidas, espero que cada uno tenga el poder de vencerse a sí mismo, de ganar esa única batalla que vale la pena, de someter al puto ego.
Mientras, yo espero poder teclear dos veces por semana sin importar qué pase, como debe ser. Obligarme a escribir eso que se supone que quiero escribir, y, quien sabe, si haces las cosas todo puede pasar.