miércoles, 29 de septiembre de 2021

del autoconocerse


 

Dice Antonio García Villarán que uno pinta autorretratos para conocerse. Conmigo fue al revés. 

Luego de ir a psicoterapia, de conocerme mucho más de lo que me conocía, de ver cosas que no esperaba ver, que no quería ver; fue que sentí la necesidad de pintarme. De plasmarme de alguna forma. De representar algo sobre mí. ¿Es mi evidencia?

O quizá todo es parte de un proceso que inicié al demostrarme que me quiero un poco. Aunque sólo haya sido un efecto secundario.

sábado, 25 de septiembre de 2021

dosificándote

Qué desastroso soy dosificándote
intentando beberte de a poquito
chiquiteando tu dosis de recuerdos
pa que no se termine nuestro idilio.
 
Es esta vocación de masoquista
que le ofrece al futuro un anticipo
guardándote para ese por si acaso
tratando de llevarte al infinito.
 
Un síndrome de capitán galante
mi falla que se ampara en mis prejuicios
un conformismo solidificado
el miedo a conocer algo más lindo.
 
Aficionado a las historias de otros
pobre voyeur cargado de cinismo
por cinefilia guardo los instantes
por mi incapacidad cerrando ciclos. 




miércoles, 22 de septiembre de 2021

de esa búsqueda de amor

Escribí hace unos días sobre lo pertinente que sería que me inscriba en la aplicación de búsqueda de pareja de facebook, ya que asegura que encontraré a alguien que me quiera tal cual soy. Irresistible.

Mucha, una bloguera argentina que vive en Miami, me anima a hacerlo. Le agradezco el gesto. 

Pero me advierte de abstenerme de decir que soy raro, algo que me ha hecho reír y halagado al mismo tiempo. Así que soy un hombre raro. Y dentro de todo, sé muy bien que proclamar en un perfil de búsqueda de pareja la rareza personal es una pésima idea. Cualquiera podría imaginar rarezas sexuales extremas, o algo peor, jajajaja. 

Podría decir en todo caso que soy auténtico. Que aunque suena muy pretencioso también es más real, pero ninguna lo sabría, porque como bien canta Roberto Musso: en este mundo nada es lo que parece, porque todos presumen de lo que carecen. Y entonces todos seguimos indefensos frente a la realidad de las personas.

Acaba diciéndome Mucha: si empiezas a hablar de una manera positiva de ti la gente te verá tal cual te pintas. Eso también me ha divertido. No creo que resulte muy agradable si la gente me ve tal cual me pinto, jajajaja.




viernes, 17 de septiembre de 2021

¿literatura?


Esto me suena por el lado aquel de que si quieres ser inmortal debes enamorar a un escritor. Una perspectiva en extremo ególatra desde ambos lados de la ecuación, del creador y de la musa. 

Pero pienso que la inmortalidad de una página impresa que está en una pila de libros olvidados, llenos de polvo, en un libro que nadie leyó, equivale a nada. A no haber sido nunca la musa de nadie, ni adornar con tu nombre o tu descripción o tu recuerdo esas páginas olvidadas y prescindibles. Y en estos tiempos donde abundan los escritores y los poetas aunque esté perdida la sintaxis, la ortografía y la originalidad; esa pila de libros inútiles es aún mayor.

Aunque, en el mejor de los casos, en el de que tu obra se popularice y sea leída por mucha gente, habrás exaltado a la estigmatizada mujer a la repisa de la eternidad. No soy Henry Miller ni escritor parecido, pero creo que escribir sobre una mujer es poner en letras de oro su recuerdo. Ahora menos la olvidas.

De todos modos, pocas cosas se olvidan en realidad. 

martes, 14 de septiembre de 2021

pensamientos

También he comenzado a meditar. Puede que sea ese día el primer día del resto de mi vida. Puede ser. Lo malo de estas cosas, sobre todo en una persona tan perezosa como yo, es que no importa cuantos días lleves haciendo eso que quieres hacer. El día siguiente, hueva más desgano y otras mil cosas más confabulen para que no lo hagas. Los días no se acumulan. Lo que pase en este día sólo depende de este día. Sí, como los alcohólicos. Todo depende de si soy nuevamente capaz de vencerme. Que como dijo quien lo dijo: es la única victoria que vale la pena. El único poder que de verdad importa.

Pero bueno, una forma de meditar es dejar que la mente vaya por donde quiera. Que sea libre. Y precisamente mientras meditaba pensé que ese proceso se parecía bastante a mis sesiones de terapia. Bueno, a las sesiones últimas, a las sesiones que siguieron al día en que Erik me preguntó que por qué preparaba algo para decir. Si lo que debería hacer era dejar que mi mente fuera libre y que hablara de la primer cosa que apareciera en ella. Y sí, desde entonces comencé a hacer eso. Y a experimentar una cierta ansiedad cada que minutos antes de llegar a mi sesión, me llegaban pensamientos sobre algo que parecía interesante para dialogar con él. Qué puedo hacer, soy demasiado cuadrado.

Y hubo días en que de inmediato apareció algo y otros en que me quedé recostado en el diván algunos minutos con la mente en blanco. Y claro, hubo días en que apareció algo salido quién sabe de dónde, pero que, supongo tenía que salir a atormentarme y sanarme, o sólo a dar lata.

 


 

domingo, 12 de septiembre de 2021

de la mejor época del año

Acaba de comenzar una nueva temporada de lo que en este país llamamos futbol americano. Debo decir que luego de que empezara la pandemia es el único deporte que seguí durante toda la temporada pasada, desde el primer jueves por la noche hasta el superbowl. Es obvio que no vi todos los partidos posibles, pero vi los que pude y seguí los resultados cada semana.

De hecho debo decir que resulta bastante atractivo no tener pareja durante esta parte del año (y en octubre son las finales del beisbol), aunque, mejor aún, tener una pareja que disfrute este deporte. La idea de pasar un domingo con ella viendo todos los partidos que nos interesen es casi orgásmica. Y creo que no hay tan pocas fanáticas como podría parecer.

Considero que no es descabellado considerar este deporte un ajedrez humano. Cada jugada está planeada, tiene una intención, busca engañar al rival. Durante el juego se modifican las estrategias y se corrigen las deficiencias. Y claro, es espectacular. Con ese toque de violencia que lo vuelve tan atractivo.

Pero bueno, independientemente del por qué me gusta tanto el americano, lo que venía a teclear en primer termino, es sobre la paridad que priva en la NFL, por mucho, la mejor liga de cualquier deporte. 

Aquí no hay un Real Madrid, un Manchester City o un París Saint-Germain. El equipo con el dueño más rico tiene el mismo presupuesto que el del más modesto. Bueno, Dallas podría equipararse al Madrid no sólo en cuanto a riqueza y popularidad, pero lleva casi treinta años sin ser campeón. Acá el dinero del dueño importa poco. Otro botón: Tampa Bay, el actual campeón, tuvo un periodo de diez años en que fue el peor equipo de la liga, no mucho tiempo después ganó un título y en febrero pasado otro.

En la NFL el equipo que termina peor la temporada tiene la oportunidad de tomar al mejor prospecto colegial. Otra acción destinada a la paridad de la liga. El menos bueno tiene la oportunidad más grande de renovarse, aunque puede pasar que teniendo la oportunidad de seleccionar a Patrick Mahomes lo dejes pasar, como hicieron los Osos de Chicago. O cuántos dejaron ir a Brady que con 44 años juega como chamaco.

Una nueva temporada está aquí y quienes disfrutamos este deporte somos un poquito más felices.




martes, 7 de septiembre de 2021

¿el amor?

 

Facebook me dice que en su plataforma de búsqueda de pareja podré encontrar una persona que me quiera tal cual soy. Lo que sería espectacular de ser cierto. Alguien que me quiera como soy al alcance de un clic. La lotería sin comprar boleto.

Quizá debería creerle. Quizá el algoritmo encargado de sugerirme con quien debería salir es el mismo que me muestra cosas que sí me interesan y que no habría podido ver de otra forma. Que me conoce más que mi madre.

De hecho el año pasado iba a postear en Facebook que el chido era él, no cupido. Por experiencia propia. Por un caso afortunado.

Pero bueno, parece que en el momento en que quiera buscar pareja recurriré al engendro del señor Zuckerberg para hacerlo.

¿Quién podría desdeñar tan extraordinaria posibilidad?

lunes, 6 de septiembre de 2021

hablar

Creo que podría decir que soy un bocafloja, que es un término que recuerdo de los programas de televisión de la infancia, en traducciones hechas no sé dónde; porque no recuerdo haberlo escuchado aquí, en vivo y a color. Y me refiero a tener la boca dispuesta a hablar, y no lo contrario, como podría pensarse al confundir la acepción del floja de flojera con floja de soltura. 

Pero a lo que me refiero es a que me resulta bastante fácil abrir la boca para decir lo que pienso, así sea lo más políticamente incorrecto o lo más polémico. Y no sé qué me da más satisfacción, si generar incomodidad o sentirme libre de decir eso que pienso. Tampoco sé si esta actitud se deba a un contraste con quien era yo de pequeño, callado y temeroso.

Aunque pienso que me siento seguro en mis alardes porque me creo con el conocimiento necesario y la seguridad para sostener eso que digo, que aseguro o que propongo, a veces de la forma más socarrona que conozco.

Pero bueno, me he llegado a dar cuenta de que esto es una parte muy grande de quien soy. Es parte de mí, de este tipo narcisista y contradictorio. 

Y sí, al menos también he aprendido a quedarme callado, por más difícil que me resulte guardarme eso tan maravilloso que podría decir.




viernes, 3 de septiembre de 2021

ilusión y consecuencia

 Fúnebre melancolía
me despoja de mi calma,
mis nervios sobre la palma
la lucha de cada día
para matar la agonía
que se me acumula dentro
¿desearía llegar al centro?
la gran pretensión de Horacio*;
más fácil ir al espacio
que descifrar lo de adentro.
 
Lo de adentro que te anhela,
que se aferró a tu sonrisa,
que te puso en la repisa
donde va el alma gemela.
Mi alma todavía revuela
cuando recuerda la historia
que te plantó en mi memoria
sin pretextos de por medio,
que te vio como el remedio:
felicidad ilusoria. 
 
 

 *Horacio Oliveira, protagonista de Rayuela.