Escucho a Maribel hablar, fingiendo que estoy completamente
interesado en todo lo que dice. La miro a los ojos, atento, aunque trato de no
cargarle mi mirada, así que hago breves intervalos en los que miro a cualquier
parte del bar donde estamos sin ver nada con detalle: la gente, las luces, los
afiches en la pared, los músicos que no cantan en la televisión.
Simplemente
dejo de mirarla un momento, librándola de mis ojos, y haciendo una efímera parada
en su maravilloso escote (qué belleza), antes de volver a posarme en sus ojos
con la atención del niño que escucha ilusionado todas las historias de su
abuelo. Sobre el asunto de mirar sus pechos estoy en la completa ignorancia, sé
que puede resultar suicida regresar tras cada pocos minutos a esa magnífica
imagen pero no lo puedo evitar; quién podría.
Pienso también que le puede
agradar que yo sea consciente de ese atractivo suyo y lo aplauda con esta
discreta (eso creo) mirada, que vea que no me pasa de largo la elección que
hizo al dejar a la vista ese pequeño punto donde sus pechos comienzan a
juntarse. Aunque también podría parecerle que de poder hacerlo no dejaría de
mirarlos y que incluso babearía sin asomo de pudor; pensar que sólo eso me
interesa; y a quién no.
Es un enigma, es mi ignorancia. Pienso también en las
posibilidades del equilibrio, del ni tanto que queme al santo aunque también
hay que alumbrarlo un poquito, que sepa (¿lo sabrá?) que sé que ella no vale
por el tamaño de sus pechos pero que tampoco ignoro ni me pasa de largo lo
bellos que se ven ahí frente a mí. Lo atractivos que son.
Y… ¿por qué decidió
ponerse esa blusa?
Se hace vicio, somos víctimas de tan bellas formas.
ResponderEliminarCreo que en efecto es un vicio. Incurable, supongo. Abrazos.
EliminarSi la chica de tu historis fuera la de la foto, a mí también me ocurriría lo mismo. Hay bellezas que resulta imposible ignorar y hay determinados puntos de la anatomía femenina por los que es imposible pasar de largo, jeje.
ResponderEliminarUn abrazo.
Verdad que sí mi estimado Josep, hay cosas que es una grosería no ver, una imperdonable falta de respeto, jajaja.
EliminarAbrazos, espero haya sido placentero tu descanso.
Si se puso esa blusa es porque, se supone, que no le molesta que la miren. Unas cuantas miraditas no hacen mal a nadie, los ojos están para eso.
ResponderEliminarUn abrazote, Gildo.
Yo pensaría lo mismo Mire, pero hay ideas bastardas del feminismo que opinan lo contrario, ya tú sabes de qué hablo.
EliminarAbrazote y beeeesos.