martes, 21 de enero de 2020

de la bestia interna...



Dentro de cada hombre habita un monstruo, creo que es más apropiada la adjetivación de Martin: una bestia salvaje. Una bestia que da rienda suelta a su instinto, el de matar y el de satisfacerse, el de pasar por encima de cualquier cosa con tal de lograrlo.

Por eso me parece en extremo pertinente el nombre del performance de las chilenas Lastesis: un violador en tu camino. Porque hay un posible violador dentro de cada uno de nosotros. Es una de las caras de esa bestia.

Y sé que muchos hombres argumentarán que a ellos ese saco no les queda, aunque seguramente en el fondo saben que sí. Pero cómo va uno a aceptar públicamente semejante barbaridad. Esas cosas no se dicen.

Y si a los poseedores de semejantes monstruos se les ha educado desde pequeños diciéndoles que ellos valen más que una mujer, que ellos pueden más y que ellas deben satisfacerlos. Es una pésima combinación.

Y no puedo ver un panorama alentador cuando veo una generación que normaliza la misoginia de las canciones y que está en contacto con todo tipo de material videográfico sin ninguna restricción, que parece motivada por la estupidez que ve replicada en todos los medios, cuando ve a sus padres reír y divertirse con situaciones que nada tienen de divertidas.

No sé, me da algo de miedo el mundo que se nos viene.

5 comentarios:

  1. Gildardo, no sé cómo contarte cómo me gusta tu reflexión. Sin embargo, soy un poco más optimista que tú en este sentido. Ahora ya es una aberración lo que hace no tantos años atrás estaba normalizado. Aún recuerdo la entrevista a una mujer maltratada (llevaba soportando treinta años de maltrato) que cuando le preguntaron cómo no había denunciado antes a su marido respondió: "Es que al principio sólo me pegaba lo normal". Un año después fue asesinada por su marido. Ahora sería impensable una respuesta así, y eso no significa que no quede mucho por hacer, pero hemos avanzado. Afortunadamente.
    Depende, sí, de cómo eduquemos a nuestros hijos.

    Gracias por este texto. Escrito por un hombre, creo yo, tiene un valor altísimo

    Un abrazo especialmente grande

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  2. Lo verdaderamente triste es que la bestia se ha activado más en los jóvenes, aquí estamos hablando de violaciones en manada y desde ayer en los medios argentinos no se habla de otra cosa que de un asesinato grupal de un chico de 18 años a manos (mejor dicho a patadas) de diez rugbiers a la salida de una discoteca en la playa.
    ¿Qué es esto, solo se sienten fuertes y corajudos cuando son muchos? Un verdadero horror. Paren el mundo que me quiero bajar.
    Un enorme abrazo, querido Gildo y beeesos.

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  3. Salud, Gildardo, querido. Hay una diferencia entre la misoginia (aversión a las mujeres) y la cosificación de la mujer. El futuro, no sé, pero el presente que vivimos, dado el uso del petróleo, está regido por Arabia Saudí e Irán. Y ya quisiera ver cuántas chicas irían allá a cantar la cancioncilla esa ;)
    Abrazo, estimado.

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  4. Leía tu blog desde hace tiempo. En particular en este tema, estamos en desacuerdo. Por desgracia el postnodernismo y sus corrientes ideológicas en el presente han fomentado la división mediante el nublar la vista de incluso los más reflexivos. Tratar a alguien como algo solo porque dentro de sí tiene la capacidad o potencial de serlo e imponer reglas de los ofendidos por todo y SJW es traernos a la realidad una pesadilla Orwelliana. Las películas Demolition Man y Minority Report fusionadas. No, gracias. Hay quienes están muy contentos de ver a todos atacándose entre sí mientras los verdaderos culpables e instigadores miran en lo alto; otros no caemos en su retórica.

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  5. Tu reflexión me recordó uno de esos episodios en donde me salió lo bestia, o la bestia salvaje que mencionas. Un día discutía con una novia que amé profundamente y fue tanta la frustración que experimenté ese día que le di dos puñetazos a la pared. Ella se asustó mucho, no sé si por mi o porque temió que pudiera lastimarla, nunca le pregunté. El asunto es que esa reacción mía activo el semáforo naranja y la respuesta de lla definitivamente el semáforo rojo. Creo que desde entonces controlé ese tipo de reacciones violentas. Afortunadamente pude domesticar a la Bestia pero, ¿cuántos no son tan afortunados?

    Un abrazo mi querido Gilo.

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