En la inmunda madriguera
de los tequieros fingidos
reposan besos caducos
de embusteros malcogidos,
junto a vírgenes suicidas
y párrocos reprimidos
onanistas delirantes
y adolescentes urgidos.
Ahí el amor se hace polvo
entre rencores y olvido
y los cariños cobardes
se sienten correspondidos,
futuros que nunca fueron
no dejan ni rastro exiguo
palabras de caramelo
se oxidaron en cinismo.
Los parasiempres fugaces
duermen con los espejismos
ilusionando tontuelas
junto a machos clandestinos
que creen que ninguna puede
resistirse a sus cariños,
los amores desechables
se desangran en el limbo.
Las mentiras son mala tierra para cultivar el amor.
ResponderEliminarEs una mirada del amor (que no es) muy distinta a la de tus últimos poemas. Ojalá sólo sea un ejercicio o una crítica.
Un abrazo grande
Sí es una crítica en algo que se me ocurrió. Pareciera que los versos están ya ordenaditos para salir.
EliminarPienso eso, no puede haber amor donde hay mentiras.
Abrazos.
Espero que nunca pase mi buen amigo.
ResponderEliminarAbrazos.