El
siguiente es un texto, más bien, 2 textos, del 2007. Son del tiempo en que
estuve dando clases en la Universidad Intercultural del Estado de México. Los
textos fueron escritos porque a los profesores se nos pidió elaborar dos
guiones radiofónicos, para el programa de radio de la Universidad. A mí se me
hizo más fácil escribir los textos, y a partir de ahí elaborar los guiones.
Mencioné
de pasada en mi texto anterior, sobre nuestra mexicanísima doble moral. Y
supongo que después escribiré sobre la relación de amor/odio que tenemos con
los gringos. La cosa es que en lo que escribí en ese entonces, se dejan ver
ambos aspectos.
Un
guión fue sobre la película Eréndira
Ikikunari o Eréndira La Indomable,
de Juan Mora Catlett. Y el otro, fue una comparación entre ésta y Apocalypto, de Mel Gibson. Más que nada,
una comparación mediática. Una comparación que creo, evidencia mis argumentos
de doble moral y malinchismo.
Dejo
los textos tal cual estaban, como una especie de borradores. Y envío un abrazo
a mis amigos de la Intercultural: secretarias, profesores y sobre todo
estudiantes.
“Hablaremos sobre el segundo
largometraje del cineasta mexicano Juan Mora Catlett, “Erendira Ikikunari, o la
indomable”, un filme que trata sobre la historia de una joven purépecha que se
resiste a aceptar el rol de mujer que la sociedad de los hombres le ha asignado
y decide participar en la resistencia de su pueblo ante el embiste de los
españoles. El argumento de la película se basa en una leyenda purépecha del
siglo XVI, que llegó hasta nuestros días gracias a la tradición oral. La cinta
está totalmente hablada en purépecha, lo que le imprime un toque de realismo, además
de que los actores que participaron en la producción provienen de escuelas y
talleres de teatro y actuación de Michoacán; también se contó con la presencia
de bastantes extras de la misma región. Al igual que en su anterior obra,
realizada hace 17 años, “Retorno a Aztlán”, con la que obtuvo el reconocimiento
de la crítica, además de algunos premios, Mora Catlett, vuelve a retomar nuestra
historia prehispánica para contarnos la entrañable historia de una joven que
decide romper los esquemas sociales de su tiempo y se niega a ser la esposa de
un guerrero. Y lo vuelve a hacer en una lengua originaria, ya que, “Retorno a
Aztlán” se habló en nahuatl.
Erendira es una joven purépecha, que
está próxima a casarse con el guerrero Dimas, al que le fue prometida desde
hace tiempo, así que debe esperar a que él decida retornar para hacerla su
mujer, mientras tanto la deja al cuidado de su hermano menor, quien en secreto
está enamorado de ella. Pero Erendira ha decidido que no desea casarse, que
quiere seguir siendo libre, por lo que deja a su encolerizado prometido que no
entiende qué es lo que pasa. Hay una importante asamblea con el tibio rey
Tangaxoan, en la que se discute acerca de los dioses barbados que han llegado
recientemente, dioses hambrientos de oro, con los que es preferible aliarse
antes que exponerse a recibir su ira. Dentro de la asamblea, la mayoría de los
consejeros del rey Tangaxoan le sugieren aliarse a los dioses de brillantes
vestiduras, pero hay alguien que se opone a ello, Dimas, uno de los principales
señores del reino, quien es tío de Erendira. Esto le acarrea ser perseguido,
por lo que debe retirarse a sus tierras a prepararse ante el inminente ataque
de los hombres del rey, comandados por Ikukurikiquary, quien ya ha pactado
previamente con los españoles, que lo acompañan esperando recibir el oro de
Dimas. Tras recibir Erendira el permiso de su tío para desempeñarse como
guerrera, nada la detendrá en su empeño de luchar por su pueblo.
El filme está construido en base a
códices dibujados sobre la pantalla, de los que parte el cineasta para
contarnos las distintas secuencias que componen la historia. Los códices se
amalgaman a la película de forma natural, y es esta particularidad una de las que proveen de realismo a la cinta.
Juan Mora Catlett se adentra también en el terreno de los simbolismos, los
cuerpos pintados de diferentes personajes, las máscaras de los hipócritas
gachupines sedientos de oro,”
“Fue demasiado el polvo que levantó
a su paso por las carteleras cinematográficas mexicanas, y aún antes, mientras se filmaba en estados del
sudeste mexicano, el cuarto largometraje del también actor Mel Gibson,
Apocalipto. De entre la tolvanera, argumentos rescatables y descabellados por
igual. Que si los mayas eran o no eran así o asado, que si el director es
alcohólico o amante de la violencia gratuita o que los personajes más
importantes son actores extranjeros, entre otras muchas cosas. Casi nadie destacó
el enorme esfuerzo de realizar el filme en maya yucateco, incluso con las
deficiencias en su pronunciación; algo que era predecible.
El contraste entre la repercusión
mediática y la discusión intelecual y pseudointelectual que tuvo la película de
Gibson y el filme de Juan Mora Catlet “Erendira
la indomable” es abismal, y el adjetivo no es una hipérbole mal gastada.
En el largometraje de Mora Catlet también se habla de una cultura prehispánica,
también hacen su aparición gachupines, de igual forma está hablada en lengua
originaria, en este caso en purépecha, pero nadie, absolutamente nadie ha
hablado sobre esta cinta
Buenos días amable auditorio, el día
de hoy comentaremos sobre dos obras cinematográficas, con temáticas similares,
pero con muchas diferencias en su tratamiento, y sobre todo con una recepción de los medios
muy dispar; una de origen nacional, la otra de manufactura extranjera,
Dos obras cinematográficas que a
pesar de tratar un tema común, son muy diferentes en bastantes aspectos, incluyendo
la recepción que tuvieron entre los medios y el público, que las recibieron de
forma más que dispareja. Las obras en cuestión son “Erendira la indomable” de
Juan Mora Catlet y “Apocalipto” de Mel Gibson. Supongo que para la gran mayoría
el nombre de Juan Mora Catlet es desconocido, todo lo contrario que el del
también actor y director de “La pasión de Cristo”; de origen australiano pero
avecindado desde hace tiempo en los Estados Unidos. Pues brevemente diremos que
el señor Mora Catlet es un director mexicano, cuya primer película es “Retorno
a Aztlán”, de 1990, hablada en Nahuatl y merecedora de varios premios, en la
que plasma su interés por mostrar lo más fielmente posible aspectos históricos
de nuestro pasado prehispánico; la cinta que nos interesa en estos momentos
“Erendira la indomable”, también tiene esta característica y al igual que la
anterior está hablada en lengua originaria, en este caso en Purépecha. El otro
filme en cuestión, “Apocalipto”, de Mel Gibson, tiene también esta particularidad,
ya que sus diálogos están escritos en Maya yucateco, éste es creo, uno de los
aspectos más rescatables de una cinta, que como película de acción cumple con
la emoción y el drama necesario para entretenernos por dos horas, pero que en
su cometido de poseer factores históricos sobre la desaparición de los Mayas,
es, en su contenido y sus referencias bastante errónea.
Las críticas que llovieron sobre el
cuarto largometraje del protagonista de Corazón Valiente fueron abundantes y en
todas direcciones
Hablar de la enorme diferencia entre
los presupuestos de ambas producciones sería ocioso, además de que se ha
demostrado en muchas ocasiones que la falta de recursos no está necesariamente
asociada a la mala calidad del producto.”
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