Es en serio??? Me responde por mensaje privado la exalumna a la
que hace poco más de dos horas felicité por su cumpleaños. No tengo una mínima
idea de a lo que se refiere. Será que mi gran boca me ha vuelto a jugar una
mala pasada, he dicho algo que no debí decir, o, como otras tantas veces ha
pasado, alguien ha interpretado como se le ha dado la gana lo que dije con
mayor o menor veneno.
A qué te refieres? Le respondo a esta chica una vez que he
terminado de elucubrar de qué puede estar hablando. No te hagas. Sólo dime si
sí o si no, o explícame qué quisiste decir. He levantado mis cejas mientras
terminaba de leer su respuesta. ¡Puta madre!, ¿a qué chingados se refiere? Sólo
atino a poner como respuesta una carita que expresa mi ignorancia. En nuestra
conversación virtual aparece el mensaje de felicitación que hace no tanto
tiempo le envié: Querida Gaby. Te deseo, que siempre seas muy feliz. Te mando
un gran abrazo con cariño.
¿En verdad he escrito una coma luego de deseo? ¿Le dije a esta
chica por la que únicamente siento el cariño hacia quien siempre fue una buena
estudiante y de quien podría decir que le agrado, por la manera siempre educada
de tratarme, que la deseo? Porque mi escritura siempre es clara, las palabras
precisas con los signos correctos, puntos y comas siempre puestos donde deben
estar. Seré disléxico pero también obsesivo. Y ahora, ¿qué pasó?
Sigo en blanco, con docenas de ideas de posibilidades bailando
slam en mi cabeza junto a un vacío en mi estómago provocado por la vergüenza
del asunto. Ninguna idea sobresale sobre las demás cuando aparece un nuevo
texto en nuestra caja de diálogo: Sólo dime, te gusto?...
Un instante antes de presionarle enter a la respuesta donde le
explico que seguramente debido a mi dislexia he puesto una coma donde no debía
ir, me detengo pensando en las nefastas posibilidades de abollarle la vanidad a
una mujer y borro las palabras.
En su lugar envío al changuito avergonzado como preludio de un
tímido y escueto: Sí, me gustas.
Para no hacer el cuento largo y debido a toda la paja de la
larguísima conversación que prosiguió a mi falsa confesión, retacada de
mentiras, resumiré diciendo que estoy afuera de su casa esperándola para ir al
cine.
Después, no sé qué vaya a pasar.
Ja,ja,ja. Lo que puede ocasionar una coma fuera de lugar. Pero, quien sabe, como dice el refrán: no hay mal que por bien no venga.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo.
Verdad que sí, jajaja.
EliminarPrecisamente ese refrán queda perfecto Josep.
Abrazos.