martes, 22 de octubre de 2019

desencuentros

Está archivado en los registros de este blog que no tengo una buena relación con mis padres. Creo que de lo que más he hablado es de la nula comunicación que tengo con mi padre pero mi relación con mi madre tampoco es buena, aunque con ella puedo hablar, y ella me habla, que ya es bastante. Con ella puedo bromear incluso, si el viento es favorable.

La explicación que doy al silencio de mi padre es que no tolera estar con una persona que es igual a él, partiendo de aquello de que lo que nos molesta en los demás es un reflejo de nosotros mismos. Eso pienso. Pero encontré información que dice también que hay un rechazo a lo que es opuesto a nosotros. Y ahí cabe exactito el choque que se da con mi madre. Pienso que somos agua y aceite.

Y me quedé pensado en eso. Soy igual que el viejo y eso lo aleja; soy lo opuesto a mi madre y eso la repele. 

Ella no puede entender que sea yo tan vago siendo ella tan proactiva. No le cabe en la cabeza que pueda pasar cuatro horas armando un rompecabezas o jugando a las cartas siendo que ella no puede dejar de ver en qué ocupar el tiempo: o lava trastes o acomoda algo o hace algo.

A mi padre lo veo dicharachero y bromista con otros, nunca conmigo. Veo con cierto recelo como puede conversar con mi hermano; cuando comemos juntos parecemos dos tolucos desconocidos que coincidieron en la zona de comida de un centro comercial.

La verdad es que si me pongo a pensar en ello, creo que hubo un cambio en ellos cuando me separé de la madre de mi hijo, aunque con mi madre fue desde tiempo atrás, quizá desde que quedamos embarazados y debí hacerme cargo del hijo que iba a tener y destruía así los sueños que quizá tenía ella para mí.

Bueno, eso es algo de lo que he escarbado trepado en el diván.

5 comentarios:

  1. Cuánto hay de ti, en esta entrada. ¿Te has sentido oveja negra en tu familia? jajaja creo que se la respuesta.
    Yo soy una oveja multicolor tirando a negro... son tantas las cicatrices familiares a veces, que las reuniones que se suponen de celebración podrían convertirse en verdaderos campos minados.
    Dicen que las madres son las mejor saben lo que les conviene a sus hijos. Por eso mi suegra me detesta.
    Un abrazo, gracias por esta entrada y la anterior :)

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    1. Gracias a ti por estar :)
      Supongo que sí tiene bastante, debe ser después de tanto tiempo.
      Pero fíjate que en la reuniones familiares grandes lo paso muy bien, saben cómo soy y les agrado a pesar de ello. Pero con mis padres es otra cosa.

      Te abrazo fuerte.

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  2. Una introspección dura y muy franca. Muchas veces, sobre todo visto desde fuera, resulta muy difícl, cuando no imposible, saber a qué se deben esos desencuentros. Hay psicólogos que dicen que cuanto más semejantes son dos personas más complicidad y más avenidas estarán. Y otros opinan todo lo contrario, aquello de que los polos iguales se repelen y los opuestos se atraen.
    Los sentimientos humanos son a veces inexcrutables-
    Un abrazo.

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  3. Alguna vez he pensado que si mi padre fuera mi tío, seguramente nos llevaríamos bien, pero me pasa como a ti Julio.
    Te abrazo.

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