He escrito en más de una ocasión sobre los desencuentros que he tenido con mi madre a lo largo de mi vida. He escrito sobre mis frustraciones, sobre malas experiencias y sobre no sé cuántas cosas más. Alguna vez he pensado que no debería hacerlo, pero creo que son mis cosas; es lo que me duele, lo que me ha hecho llegar hasta el apesadumbrado lugar en el que se encuentra mi alma. Es, como me di cuenta un día, mi asunto pendiente.
Estos últimos meses he convivido con ella mucho más de lo que quizá ambos hubiéramos imaginado alguna vez. Yo soy el que está aquí, el que vive con ellos. Y aunque somos tan diferentes creo que nunca nos ha costado trabajo hablar, y yo he aprendido a callarme cuando no vale la pena decir las "grandiosas" cosas que me pasan por la cabeza.
Pero bueno, el asunto es que a pesar de ser yo quien estaba con ella mañana y noche, quien junto a mi padre la atiende y la procura, notaba muchas veces, cuando ella me miraba, un dejo de desprecio en la forma en que me veía, como recriminándome eso que nunca fui y eso que nunca seré, o pensando en no sé qué más que la hacía mirarme de esa fea forma. Es doloroso mirarte en unos ojos que te ven así. Mucho más después de lo que he contado. Mucho más siendo tu madre quien lo hace.
No sé qué habrá cambiado, no sé de qué forma me habrá perdonado, se habrá perdonado ella, o haya visto algo distinto luego de creer haber estado a las puertas de la muerte. Pero de unas semanas para acá, cuando nuestros ojos se encuentran siempre nos sonreímos, compartimos un instante de paz, de calma, de saber que no necesitamos decirnos nada para estar en paz. O así lo siento yo.
Supongo que fue ella quien me regaló esa lindísima sonrisa un día, sorprendiéndome. Después, la hemos hecho habitual. Es como una forma de decirnos te quiero.
Lo demás no es lo de menos, pero debo hacerme cargo yo.
Lo demás no es lo de menos, pero debo hacerme cargo yo.
Es muy bello lo que cuentas, Gilo. Que ella te haya mirado así, que tú lo hayas detectado y que puedas corresponderle. En el fondo, todos buscamos ternura en la vida, porque es la emoción que nos hace sentir seguros.
ResponderEliminarY tal vez llegue el momento de decirse te quiero también con palabras.
Un abrazo grande
Y yo tengo una gran necesidad de cariño. Así que ha sido bastante grato. Además pienso en su tranquilidad.
EliminarTe abrazo fuerte amiga querida.
Así parece mi buen amigo.
ResponderEliminarTe abrazo.