Quise cobrarle al destino
lo que creí merecerme.
Que tras tantos descalabros
el amor quisiera verme
caminando acompañado
de quien quisiera quererme,
quien me mirara sin asco
a pesar de conocerme.
A lo largo de la vida
uno se llega a enterar
que encontrarte quien te quiera
resulta fundamental;
que ni cosas ni dinero
paz te pudieran brindar
como sentirte completo
cuando la puedes mirar.
Y ofrecerle todo el mundo
con una sola sonrisa
y que mirando tus ojos
olvide todas sus prisas,
y todas sus desventuras
pensando en futuras dichas;
así somos, qué le hacemos:
a apostar todas las fichas.
Verme a mi edad y encontrarme
tan de repente contigo
sin haber planeado nada,
sólo ser, sin artificios;
y darme cuenta de pronto
que todo era tan recíproco.
Cómo no me iba a poner
a agradecerle al destino,
a cantar lindas canciones
y escribir tantos versitos,
y pensar que el mundo juntos
nos comamos enterito.
Tomándonos de la mano
mirando hacia el infinito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario