Tengo aún algunos flashazos de la Serie Mundial de 1987,
tenía 7 años, Mellizos le ganó en 7 a Cardenales. Me senté a mirar lo que
observaba tan atento mi padre. A quién le
vas, me preguntó: a mellizos
respondí. No recuerdo mucho más.
Al año siguiente ya había escogido equipo. Los Atléticos de
Oakland. Los Atléticos de Canseco, Mc Gwire, Henderson, el cara de piedra Dave
Stewart, la cobra Parker. Mi equipo hasta la fecha. Nuestros Atléticos (porque
mi hermano también los eligió) fueron vapuleados por Orel Hershiser y los
Dodgers, con Valenzuela lesionado, en 5 juegos. Se recuerda icónico el cuadrangular
de Kirk Gibson a Dennis Eckersley.
Había un trío de comentaristas que hacían entretenidas e
interesantes las transmisiones del beisbol, que en ese entonces se transmitía
hasta 3 veces a la semana en televisión abierta. Toño de Valdés, Jorge “sonny”
Alarcón y Pedro “el mago” Septién. Recuerdo que había partidos lunes y jueves a
las 9 de la noche, hora que me impedía verlos. Lo que hacía que un asueto en
martes o viernes fuera motivo de dicha inmensa, ya que me permitiría si no ver
todo el partido, al menos quedarme hasta la 10:30, viendo beisbol narrado por
este gran trío.
De entre ellos 3 era más placentero escuchar al mago: una
enciclopedia viviente. Un hombre que transmitía su pasión por el beisbol, desde
su cálido y confortante tono de voz. Un hombre que poseía datos de muchas
décadas atrás, estadísticas fascinantes, nombres de leyenda.
Mis cómplices cuando a escondidas, con las luces apagadas y
la tele muy bajita, no quería perderme un instante de la serie Mellizos/Bravos,
con Jack Morris y Steve Avery en duelos extraordinarios, largos, intensos, con
esa calma tan dramática que da el beisbol, aderezada por mis amigos del
micrófono.
Ayer por la noche falleció el mago Septién, a los 97 años.
Todavía hace dos engrandecía las transmisiones de Televisa de la Serie Mundial,
con su presencia, con toda su lucidez, con el placer de su compañía. Lo
recuerdo con cariño.
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