miércoles, 8 de enero de 2014

Apuntes sobre la tan mentada Originalidad


Una de las cosas que más se valoran en estos tiempos facebookeros, es la originalidad. Una “supuesta originalidad” que te vuelve especial, que te separa del resto de los mortales: tan comunes todos nosotros. Intentar ser único y especial a cualquier precio, a cualquier co$to. La cosa es que, son supuestamente “originales”, copiando a alguien más. Pero además, se molestan cuando ya son muchos los copiones. Esperaban ser los únicos. Los únicos copiones: qué buen oxímoron.

He escuchado demasiadas veces a personas -cercanas y desconocidas-, diciendo que tal canción les gustaba, pero que ya no les gusta, porque ahora “a todos les gusta”. Porque ahora está “súper choteada”. Se sentían tan pero tan especiales cuando eran los únicos, o uno de los poquísimos, que conocían esa canción o a ese grupo; que ya no les gusta porque dejó de ser “underground”. Ahora cualquiera escucha su música. La cosa es muy sencilla: escribe tu canción, y no se la enseñes a nadie, para que nadie más la conozca.

Por ejemplo, he visto invitaciones a blogs que se jactan de ser “el blog diferente a todos los demás”, “en el que encontrarás lo que en ningún otro blog”. El hecho de leer esa infame invitación, es el repelente que me hace alejarme. Difícil hallar algo más snob.

El nombre “Unique” (única) tiene más de 200 variantes en su escritura[1]. Los padres se han preocupado no sólo de buscar un nombre que evoque la originalidad de su hija, sino que además, se escriba de forma única, diferente a todas las demás. Conocí a una chica llamada Alexandra, no Alejandra, le pregunté el porqué de su nombre. Se llama así en honor a Alejandra Guzmán (qué original), sólo que su papá quería que su nombre fuera especial, así que le cambió una letra.

Mi correo electrónico es de Hotmail. Hace poco, a ese respecto, alguien me dijo despectiva: @soy muy común. Pues sí lo soy, le contesté. O qué tener un correo diferente me haría especial


Lo más absurdo del caso es que a quien realmente es diferente a los demás, se le critica, se le margina, se le discrimina. Quien por una convicción o ideología no cabe dentro del mismo molde, se convierte en un paria, un inadaptado.


Le agrego un extraordinario soneto escrito por mi compañero Jorge Ángel Aussel, inspirado por mi reflexión.

La originalidad

La originalidad es ser tú mismo
incluso cuando actúes los guiones
que otros escribieron —actuaciones
en contraposición al histrionismo—,

con la espontaneidad del aforismo,
la transparencia de las emociones,
la sencillez que entrañan los botones,
la amplitud sempiterna del abismo.

Es ser uno en el Todo, todo en uno,
igual a los demás —como ninguno—
y diferente —como somos todos—.

Formamos parte de los mismos lodos,
pero sería absurdo el universo
si, al ser soneto, le restara un verso.




[1] http://www.teledocumentales.com/freakonomics-el-lado-oculto-de-la-economia/

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