Quedarán los cuadernos que rayé
donde conviven cosas mías
con rayas mecánicas hechas por inercia;
para quien tenga ganas y tiempo
de husmear en mí,
de juzgarme o asombrarse;
de preguntarse cosas:
sobre quién era realmente ese que rayoneó tanto.
Quizá sólo quede eso.
Rayas en un cuaderno
y un blog olvidado,
y cuadros empolvados
y algunas fotos
y los recuerdos que eventualmente morirán.
Y si queda eso, ya no es poco. Imagino que tu hijo en el futuro disfrutará encontrándote en esos cuadernos.
ResponderEliminarGildardo, la vida (ya sabes, eso que ocurre mientras estamos haciendo otros planes) me tiene alejada de los blogs en estos meses, pero no quería dejar pasar estas fechas sin visitaros. Te deseo un 2021 en el que cumplas las metas que te propongas.
Quiero también darte las gracias, porque he visto un par de entradas en que me mencionas. Que mis textos generen reflexiones y nuevos textos es un regalo para mí. Muchas gracias.
Un abrazo grande
También me encanta esa frase de Lennon, y esa canción. Se la cantaba a mi Gil cuando era muy pequeño.
EliminarTambién lo imagino. Es un niño lindo. Supongo que será un buen hombre.
No tienes nada que agradecer. Honor a quien honor merece. Tus letras son entrañables.
Te abrazo fuerte con mis mejores deseos para ti y los tuyos.
Por lo menos que quede algo material de tí para el recuerdo, sean rayas, dibujos o anotaciones. De todos modos, el mejor recuerdo es el que queda por haberte conocido.
ResponderEliminarAbrazos.
Sí, mi estimado Josep, lo mejor que queda de uno es el recuerdo.
EliminarAbrazos y mis mejores deseos para ti y los tuyos en el año que llega.
Te agradezco mi querido Julio. Será despedida del año, jajaja.
ResponderEliminarAbrazos.