lunes, 7 de diciembre de 2020

revisiones

 La intensidad de una pasión se mide por la soledad que la precede.

Supongo que en esta frase de "Diablo guardián" de Xavier Velasco está resumido lo que me ocurrió en los primeros días de la cuarentena: una desbordada y aparentemente inexplicable pasión por quien llegó a cambiarme el mundo. Los lectores de este blog lo saben: me enamoré como un crío cuando se suponía que debía quedarme en casa. Pero es que esa soledad previa era de más de tres años. La mayor desde que tuve mi primer novia formal hace unos veinte. Y no significa que haya estado en la más absoluta soledad por más de tres años, como suponía mi querido tío Napoleón, congeturando en broma que a lo mejor ya no me gustaban las mujeres. Claro que me acosté con alguna compartida mujer, pero con ninguna que me hiciera pensar en tener una relación real con ella, a pesar de la soledad que me embargaba. Luego de haber tenido sexo es complicado que puedas vivir sin él, o eso creo. 

La frase me queda como un traje elaborado por un preciso sastre, como un anillo sobre medida. La memoria es débil y convenenciera pero no recuerdo una pasión así de intensa por alguien más. Y la soledad era grande, así que no sé cuál sea la realidad del asunto, pero no creo que importe un carajo. 

Estos versos llegaron uno de esos días en que todavía se acurrucaba en mis brazos:

 

Entre asonancias ególatras
y resquicios de tus besos
voy construyendo poemas
entre las ruinas que llevo.

Los Romances me sonsacan
me seducen en su juego,
quiero armar Alejandrinos
o aparece algún Soneto,
que en su ritmo caprichoso
me engaña con sus acentos
y me enreda en las palabras
que te dicen que te quiero.

Puede sonar tan común
pero escribo lo que siento
apilo letras dulzonas
junto a algún juego del verbo;
qué importa si soy tan cursi
es el momento de serlo
celebrar que me encontraste
festejar que nos queremos.

Y sé que es plena pandemia
y sé que tantos han muerto
que fuimos irresponsables
cuando decidimos vernos,
pero qué más iba a hacer
si me pintaste por dentro
abandonando mis libros
pensándote todo el tiempo.

No me arrepiento de nada
el amor ha sido inmenso
has hecho que me mirara 
como jamás había hecho
que me viera las carencias
que no ignorara mi ego:
que piense que puedo amarte
como nadie nunca ha hecho.

4 comentarios:

  1. Cabe la pregunta ¿Continúa la pasión? o ya estás en la fase de amor real...

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    1. Creí que había quedado claro, jajaja, estoy en la fase del corazón roto y todo lo que le sigue.
      Abrazos.

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    2. Al menos yo, escribo mejor en el desamor que enamorada. El dolor, la rabia, las bajas pasiones, son mi motor para escribir, y es precisamente cuando mejor que saben. Ojalá Neruda para escribir todo el tiempo en una nube de amor :D

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    3. Creo que me pasa igual, por las mismas razones. Supongo que a todos. Aunque dentro de todos los poemas que le he escrito, debo decir que algunos que vieron las luz (jajaja) en esos días felices también me gustan mucho.
      Te abrazo querida.

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