La intensidad de una pasión se mide por la soledad que la precede.
Supongo que en esta frase de "Diablo guardián" de Xavier Velasco está resumido lo que me ocurrió en los primeros días de la cuarentena: una desbordada y aparentemente inexplicable pasión por quien llegó a cambiarme el mundo. Los lectores de este blog lo saben: me enamoré como un crío cuando se suponía que debía quedarme en casa. Pero es que esa soledad previa era de más de tres años. La mayor desde que tuve mi primer novia formal hace unos veinte. Y no significa que haya estado en la más absoluta soledad por más de tres años, como suponía mi querido tío Napoleón, congeturando en broma que a lo mejor ya no me gustaban las mujeres. Claro que me acosté con alguna compartida mujer, pero con ninguna que me hiciera pensar en tener una relación real con ella, a pesar de la soledad que me embargaba. Luego de haber tenido sexo es complicado que puedas vivir sin él, o eso creo.
La frase me queda como un traje elaborado por un preciso sastre, como un anillo sobre medida. La memoria es débil y convenenciera pero no recuerdo una pasión así de intensa por alguien más. Y la soledad era grande, así que no sé cuál sea la realidad del asunto, pero no creo que importe un carajo.
Estos versos llegaron uno de esos días en que todavía se acurrucaba en mis brazos:
Cabe la pregunta ¿Continúa la pasión? o ya estás en la fase de amor real...
ResponderEliminarCreí que había quedado claro, jajaja, estoy en la fase del corazón roto y todo lo que le sigue.
EliminarAbrazos.
Al menos yo, escribo mejor en el desamor que enamorada. El dolor, la rabia, las bajas pasiones, son mi motor para escribir, y es precisamente cuando mejor que saben. Ojalá Neruda para escribir todo el tiempo en una nube de amor :D
EliminarCreo que me pasa igual, por las mismas razones. Supongo que a todos. Aunque dentro de todos los poemas que le he escrito, debo decir que algunos que vieron las luz (jajaja) en esos días felices también me gustan mucho.
EliminarTe abrazo querida.