Este fin de semana se estrenará en México la película “César
Chávez”, de Diego Luna. La película viene precedida de muy buenas notas en su
estreno y proyección en Estados Unidos. Es el tercer largometraje de Diego, el
segundo de ficción. Curiosamente, su primer película también fue sobre un César
Chávez: un documental sobre Julio César Chávez, el mejor boxeador mexicano.
La verdad es que yo desconocía quién era César Chávez, o qué
había hecho. No tenía ni idea de la revolución que armó. Supongo que muchos
estarían igual que yo, pero no lo sé a ciencia cierta, ya me dirán.
Ya Diego nos había asombrado con su “Abel”, su primer
largometraje de ficción. Una historia sencilla y entrañable. Sobre una familia
como hay bastantes, aquí y en todo el mundo.
Siento una gran simpatía por Diego y Gael. Los charolastras.
Son dos personas que me caen bien y a las que admiro. Supongo que tendrá que
ver, que son de mi edad, pero además de admirarlos por su trabajo, valoro mucho
que no se han olvidado de su patria, aunque los dos ya están en las ligas
mayores y han trabajado con algunos de los mejores directores de la actualidad.
Fundaron una productora, ahora también distribuidora: CANANA,
que ha producido o traído al país muy buenas historias nacionales y
extranjeras. Gracias a CANANA, pudimos ver “El violín” por ejemplo.
Fundaron el festival de documentales Ambulante. Que tiene un circuito bastante amplio de exhibición de
las mejores producciones mundiales. El único modo que se tiene a veces, de
poder ver ciertas películas increíbles.
Diego también viene a producir y actuar en teatro. Gael
también ha dirigido filmes.
Aunque debo decir, que Diego como actor, siempre me parecía
el mismo. Hasta “Rudo y Cursi”, donde si me convence su interpretación de un
costeño pueblerino.
Me da mucho gusto que ambos tengan éxito, pero más gusto,
todas las cosas que hacen por su país.
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