Dice Bill Maher en el grandioso documental Religulous
(religion + ridiculous), dirigido por Larry Charles (el director de Borat y de Curb
your enthusiasm) que si no nos hubieran marcado la diferencia entre las
historias de la biblia y los cuentos de hadas, no podríamos encontrar ninguna
diferencia entre unos y otras. A lo que una molesta católica le reprocha: ¿está
usted diciendo que la biblia es un cuento de hadas?
Y si no es un cuento de hadas, ¿qué es entonces? Una de esas
historias increíbles - increíble, no por lo fantástica, sino por lo “no
creíble”-, es la del arca de Noé. Y no me parece no creíble por lo sucedido en
la historia: un diluvio destruye toda vida en la tierra, salvo la que se
resguardó en el arca. Sino lo que pasa después: la familia de Noé pobló todo el mundo????? ¿Y como le hicieron?
Quisiera yo saber. ¿Se reprodujeron como conejos? ¿Y cómo hicieron para parir
personas con piel negra, o con ojos rasgados? Entre otras ingenuas preguntas.
Porque además, aceptar que a unos individuos se les hayan
rasgado los ojos, por un factor evolutivo, sería aceptar la evolución, esa
misma que dice que descendemos de los monos: ¡qué barbaridad!
Le decía una vez a mi madre, que al parecer espera que cambie
de opinión en relación a la religión católica; que las historias que se le
dicen a la gente van dentro de un ganar-ganar, me explico: Si una persona está
enferma, muy grave, para la iglesia es ganar-ganar. Si la persona muere, fue
porque dios así lo quiso; es suertuda además, ya que ahora está con Él, en el
paraíso. Si por el contrario la persona se cura, también fue porque dios lo
decidió, decidió salvarlo, Él, no los médicos o las medicinas. No hay pierde.
Una de las frases que más me molestan, es que ante cualquier
situación, la gente coloque después de cualquier plan o deseo: “si dios
quiere”. Alguna vez, respondí: ojalá
quiera, si no, ya nos chingamos. Y decir eso es de lo más ilógico, si
hablan de un padre tan amoroso, porque no querría que fuéramos felices.
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