viernes, 26 de agosto de 2022

presunciones 2

Y claro, el lugar donde más se nota que aquella invalidada idea sigue pegada por todos lados es cuando me enamoro. Aunque a veces no hay que llegar tan lejos, basta un poco de entusiasmo ante lo que podría ser sólo amabilidad y buena onda, para que la desprestigiada idea brille como los faros del carro de algún inconsciente, trayendo consigo todo lo que sin remilgos se presta a aparecer. 

Pero bueno, no voy por los días enamorándome de cualquiera que me pone un poco de atención, aunque creo ser muy proclive a hacerlo, todo hay que decirlo. ¿Dos veces en dos años es mucho? Seguro que lo es. Pero debo decir que fue el encuentro con dos mujeres con las que la atracción física es de lo menos atrayente.

Entonces, seguro no dispongo de una enorme muestra para decir lo que digo, pero emocionarme al grado de vernos viejos y contentos, quizá sea demasiado, incluso para alguien tan cursi como yo. 


Pero... qué otra situación podría transformar supercherías de viejas en verdades de la vida, avaladas por una marabunta de desesperados con velas prendidas y dedos cruzados. Qué cosa hay más atrayente y adictiva que el enamorarse, que enamorarse de alguien que también se está enamorando de ti, o que parece ser tan feliz como lo eres cuando comparten el tiempo que quisieras volver eterno.

Cómo no aferrarte si el señor Jorge Drexler lo canta tan lindo y elocuente: 

"...el amor que me darías, transformado volvería un día a darte las gracias."

"...donde a otro diste el amor que hoy yo te devolvería."



1 comentario:

  1. Antes de saber si estamos o no enamorados habría que definir qué es el amor, y siendo que hay tantas definiciones como personas, es muy difícil saberlo.
    De ahí la dificultad para coincidir con alguien más.

    Suerte,
    J.

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