La vida, la mía al menos, ha sido como armar un rompecabezas, cosa que disfruto bastante. Uno de esos compuestos por mil piezas distintas.
Intento colocar muchas de las piezas en sitios donde no les corresponde, a veces en más de una ocasión. Neceando, como si hace unos instantes no hubiera tratado de hacer exactamente lo mismo; como si dejando pasar esos segundos, mágicamente la pieza tuviera ya un sitio.
Y después me reprocho la estupidez. "Pero si acabas de intentar ponerla ahí, pendejo".
Pero también hay piezas, cuando llevo armada ya quizá la mitad, que al ver entre todas las demás, sé en cuanto la veo, el sitio que le corresponde. Estoy buscando ciertas piezas para probarlas en una zona, pero en esa búsqueda aparece aquella pieza, esa que sé (aunque en ese instante sólo lo supongo) que va ahí. Y la tomo. E interrumpo la recolección de piezas para verificar si tengo razón, generalmente así pasa.
Eso no impide que un rato después vuelva a necear. Igual que con mi vida.
No dejes nunca de necear. A fuerza de tanto y tanto, las piezas van quedando en su lugar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me tincaba que al final era una metáfora entre el rompecabezas y la vida misma. A mí, una mujer que quise y me quiso mucho, me regaló un rompecabezas. Lo miro a veces y me pregunto: si lo armo, ¿estaré cerrando algún ciclo? Me da temor intentarlo. Pero quizás sea necesario... Algún día, cuando otras piezas en mi corazón encajen primero.
ResponderEliminarVa un abrazo, Gildardo.
(Segundo comentario, el primero puede que se haya ido a spam y no descarto que este también).
¿Todavía armando el rompecabezas, Gildardo? Va para largo. Según yo, van apareciendo nuevas piezas conforme avanzamos. Entretenido o no, ahí vamos de nuevo a rompernos la cabeza para ver dónde encaja esa bendita pieza que no pedimos pero, en el gran panorama general que no vemos en su totalidad, sea necesaria para completar el cuadro de lo que sea que sea esto de vivir.
ResponderEliminarEspero estés bien.
Va un abrazo.
Creo que era Einstein quien decía que no podemos lograr resultados diferentes repitiendo las mismas acciones. Y ya vez, llevamos siglos haciéndolo y así nos va.
ResponderEliminarMe quedo reflexionando en este símil de la vida como un puzzle. Yo siempre hago primero los bordes. Y de ahí relleno, porque me dan pistas. Tal vez debiera llevarme a la vida esa estrategia y delimitar bien los límites, el marco en el que quiero moverme, para no dejarme tentar y salirme de ellos.
Espero que estés bien
Un abrazo
Gildardo espero que tu ausencia sea por cosas buenas y no lo contrario.
ResponderEliminarAunque a esta vida que ciertamente es un puzzle nunca le faltan los altibajos, las necedades y la necesidad de encajar.
Que todo vaya bien en la distancia
Un abrazo!!!