Estoy comiéndome una hamburguesa en McDonalds después de mucho tiempo de no hacerlo. Un niño de la calle se metió al lugar y pasó a pedir dinero a todas las mesas. Segundos después, un hombre que recién llega ve al niño, lo llama y le dice que si tiene hambre. El niño responde que sí, y el señor le compra una hamburguesa. Cuando se la entregan va a sentarse casi frente a mí.
Del otro lado también frente a mí hay una familia comiendo. Los padres y dos niños. El niño mayor debe tener dos o tres años más que el pedigüeño. Desde que éste se acercó a pedir a su mesa no ha podido dejar de mirarlo. Parece fascinado.
No sé si lo asombre la edad del niño, o el descaro que tiene para pedir dinero a extraños. No sé si piense en lo diferentes que son a pesar de lo similar de sus edades, pero no puede dejar de mirarlo mientras continúa comiendo lo que compraron sus padres.
Es tan insistente la mirada del niño mayor que el otro se siente observado y en su expresión parece verse que eso no le incomoda. Más bien parece hacerle gracia mirar esos enormes ojos del otro que expresan tantas cosas y que hasta parece que lo admira de cierta manera.
El "niño de la calle" termina su comida y se va, satisfecho. El otro, como poseído por un hechizo lo sigue con la mirada hasta que sale y se pierde en la calle. Ambos continuarán con sus vidas, tan distintas.
hoy extraño ir a un McDonalds... no tanto el ver la desigualdad callejera... saludos
ResponderEliminarLa desigualdad siempre está ahí, sólo que casi no la miramos. Eso fue como por octubre del año pasado, pero se me había quedado por ahí la foto.
EliminarAbrazos.
Ese final (ambos continuarán con sus vidas, tan distintas) me parece impactante. Todo lo que ocurrió en esos minutos en que coincidieron se queda en nada. O tal vez no. Tal vez al niño de la familia le cambie la mirada.
ResponderEliminarUn abrazo
Yo creo que cada uno continuará. El niño de familia seguirá su vida y difícilmente recordará eso. O quién sabe.
EliminarAbrazos.
Niño rico, niño pobre. El pobre está acostumbrado a la vida de mierda que le ha tocado vivir, mientras que el rico no lo está para ver que existen pobres que no tienen qué comer. Y por rico me refiero a aquel al que no le falta lo necesario. En ese escenario, sería bueno que el "rico" extrajera una buena enseñanza de lo que ha visto.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sería bueno Josep, claro que lo sería. Aunque en realidad no creo que pase.
EliminarAbrazos.
Muy tierna esta escena que describes.
ResponderEliminarNo sé si tierna es la palabra compañero, pero lo entiendo.
EliminarAbrazos.
Siempre esta ahí pero casi nunca la vemos, es cierto.
ResponderEliminarAbrazos Julio.