miércoles, 17 de marzo de 2021

del placer de la contemplación

 

Soy como esa señora. Creo que las cosas importantes hay que vivirlas, verlas, sentirlas, olerlas, tocarlas. Preocuparse por grabarlas no me resulta importante. De hecho no entiendo el porqué de esta actitud tan de este milenio. Será que sienten que es un desperdicio tener una fantástica cámara consigo y no usarla. Quizá. Aunque me inclino más por un asunto de presunción. ¡Yo estuve ahí! Aunque en realidad no lo hayas visto.

Y de hecho es demasiado molesto querer apreciar el concierto o lo que sea, y tener que ver lo que quieres ver a través de la marea de manos sosteniendo teléfonos. Y es ridículo comprobar la pequeñísima imagen que sus pantallas registran con su paupérrima calidad pero, eso no hace mella en su ánimo documental.

Me gusta ver. Siempre me ha gustado. Bastantes mujeres atractivas lo han atestiguado quizá con cierta molestia. Pero puedo pasar varios segundos contemplando un cielo que me maravilla de la misma forma que a una mujer que ha hecho lo mismo. Soy un voyeurista. Vamos, por qué otra razón me gustaría tanto el cine. Y lo último que me pasaría por la cabeza sería querer grabar lo que estoy disfrutando al contemplarlo.

Pero, casi siempre aparece un pero, y como dijera el Ned Stark de Juego de tronos: todo lo dicho antes del pero es mierda de caballo. He tenido que hacer de documentalista improvisado muchas más veces de las que habría querido. 

Porque he querido tener y guardar ese documento audiovisual para que Gil pueda verse cuando era pequeño, cuando hizo cosas, un video que no deje que sus recuerdos se desmoronen. Porque he querido compartir con mis padres y hermanos eso que hizo Gil y que no pudieron ver, poder ver cómo ganó el concurso de poesía, cómo bailó disfrazado o qué tanto había progresado en la alberca.

La cosa es que cuando estoy ahí, con cámara en mano, muchas veces he deseado no tener que estar guardando esos momentos sino poder llenarme los ojos con ellos.

Pero bueno, me encanta esa imagen, con esa cara de satisfacción de la señora al poder ver eso que está viendo, y siendo tan feliz sólo por ello.

2 comentarios:

  1. Cuánta razón tienes, amigo. A mi me ocurre lo mismo. Veo a gente que, ante una desgracia en la calle, un atropello, o una trifuca de órdago, una pelea o un maltrato físico, solo se dedican a garbarlo sin intervenir para evitar daños nmayores o socorrer al necesitado. Por una parte tiene su lado positivo, pues deja constancia visual de lo ocurrido para actar como testigo fiable, pero muchas veces solo graban para poder exhibirlo ante sus amistades.
    Y en cuanto a registrar imágenes de los lugares que visitas, pues también me molesta el hecho de estar viéndolo todo a través del objetivo, mientras el resto de acompañantes disfrutan de la visión directa y se llenan los ojos de lo que luego veré en la pantalla. Alguna vez me he resistido a actiuar com el chico de la cámara para disfrutar de un paisaje en vivo y en directo.
    Un abrazo.

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  2. O que no tendremos tiempo para "volver a ver" eso que no vimos realmente en su momento.
    Abrazos.

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