El pasado día del padre (20 de junio) fue un buen día. Para empezar estaba con Gil, quien quizá por semejanza paterna, no tiene problemas para mostrar su cariño, así que me lo dio haciéndome feliz. Quizá fue tan especial este hecho en realidad trivial, porque el año pasado por obvias razones Gil no estuvo conmigo, y el día no fue lindo en lo absoluto hasta entrada la tarde en aquel mágico lugar.
Por fortuna este año fue muy distinto. Vinieron a comer mis dos tías queridas con sus dos hijos igual de queridos. Y claro, estar con ellos y con Gil es para mí la tertulia perfecta, no hay que pedir más.
Pero el día me tenía preparada una hermosa sorpresa. Gil me escribió una canción y me la cantó en la noche, estando solos los dos. Mi mejor regalo en mucho tiempo.
Pues mis felicitaciones por haber tenido esos dos regalos: la mejor compañía posible y, cómo no, la música. Todo un detalle por parte de tu hijo, pues te obsequió con algo salido de su corazón.
ResponderEliminarUn abrazo.
Oh sí, fue bellísimo. De esas cosas que te alegran el alma.
EliminarAbrazos amigo.
sonrio mientras te leo
ResponderEliminarabrazos desde el calor
:D qué bien, qué amable. Abrazos para ti.
EliminarGracvias por tu lindo comentario Ya estamos unidos abrazosssssssssssss
EliminarApuntes de un hombre normal
ResponderEliminarOrdinario es lo opuesto a elegante, viene del ingles y en ingles suena bien, pero en español es un común
besitos
Mucha
¿Pero quién podría decir qué es lo normal? Creo que sería un hombre común, como cualquier otro, por decirlo de otra forma: ordinario.
EliminarPero sabes, además no soy nada elegante.
Bueno, si lo lees me cuentas qué te parece.
Abrazos.