jueves, 24 de febrero de 2022

de un arte

Se ha popularizado un texto en facebook, con la imagen creo, según me informa mi no tan deteriorada memoria, de una escena de la reinvención que hicieron del 007 con Daniel Craig como protagonista. Sí, esa es la referencia visual, la escena de una película de acción. Una buena película, pero eso, sólo una película de acción. 
 
La imagen es la siguiente: Eva Green (creo) llora desconsolada bajo el agua que cae de la regadera, mientras Daniel Craig la mira. En el siguiente fotograma se ve a Daniel abrazando a Eva en el mismo contexto: sentados bajo el chorro de agua que no ha cesado. 
 
Tendría que ver de nuevo la película en cuestión, sobre todo para comprobar que mi memoria ha acertado, aunque en realidad para poder ver cuánto ha pasado entre que el 007 ha visto a su pronta enamorada desconsolada y mojada, y su decisión de acercarse y proveerle la compañía suficiente para ofrecer un consuelo, básico pero inconmensurable. 

Esto por el hecho de que lo que la publicación refiere, es que eso es lo que todos deberíamos poder hacer cuando alguien está en esa dolorosa situación. Acompañar. Simple y sencillamente acompañar. 
 
Sin interrumpir con preguntas comunes, sin juzgar la acción como absurda, sin molestar a quien de por sí ya está demasiado indispuesto. Suena lindo. Que alguien llegue y simplemente nos muestre que está ahí, para lo que haga falta. Permitiéndonos la catarsis y el desahogo, dejándonos ser.

Esto es muy pero muy deseable. Pero… ¿somos capaces de poder hacerlo? ¿Somos capaces de poder darle al otro eso tan simple pero tan jodidamente complicado? De esperar un momento y cerrar nuestra boca tan acostumbrada a decir cosas sin siquiera pensarlas dos segundos. Cuando estamos tan acostumbrados a terminar con el silencio, o al menos con la ausencia de palabras, que por una muy lógica razón, creemos que siempre hacen falta.
 
¿Seremos capaces de tanta simpleza?
 

6 comentarios:

  1. La simpleza es muy difícil. Tenemos cierta tendencia a resolver, más bien a intentarlo, los problemas de los otros. O peor: a minimizarlos para que parezcan más llevaderos. Y como dices, la verdadera compañía es la que brindamos cuando simplemente estamos para que la otra persona tenga un lugar seguro para sentir lo que siente.

    Es muy bello lo que has traído

    Un abrazo

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    1. Como en tantos otros aspectos, menos es más. Cuánta razón tienes, resolver o minimizar los problemas del otro, no sé qué opción nos parece mejor; quizá resolverlos para vernos y esperar que nos vean como los salvadores.
      Y luego, ¿cómo saber qué es lo que necesita exactamente la otra persona?

      Me alegra mucho verte aquí Alís
      Te abrazo.

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  2. Un abrazo en el momento apropiado dice mucho más que mil palabras.
    Un abrazo, pero esta vez no de consuelo, je,je.

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    1. Generalmente en los velorios solo puedo abrazar a la gente, no me salen las palabras y me parece ridículo repetir esas frases hechas que en verdad me suenan vacías.
      Abrazos Josep.

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  3. La Chica del Té22 de marzo de 2022, 12:36
    Muy interesante esa escena, la verdad es que no he visto la película, pero has descrito tan bien el momento que casi puedo imaginármelo. En un escenario real quizá al menos habríamos apagado la ducha antes de abrazar a la otra persona, pero ese tipo de licencias las toma el cine para ilustrar mejor un sentimiento. En este caso, la empatía, la solidaridad, la compasión... Bonito, la verdad.

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    1. Me da gusto verte acá. Pues te diré que esas películas están bastante bien, como para verte varias de corrido un sábado ocioso. Les metieron buenos guionistas y directores.
      Sí, seguro que si fuéramos capaces de ir allí sin más, cerraríamos la llave antes del abrazo.
      Un abrazo.

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