lunes, 3 de mayo de 2021

en el Cine

El cine siempre salva.
Catalina Aguilar Mastretta
 

Hace un tiempo que se me ha ocurrido que una de las razones por las que me gusta tanto el cine es porque cuando veo una película me evado del mundo.

Pero además, creo, está el hecho de ponerme en la piel de celuloide de los personajes, esos personajes que por más patéticos que se hayan mostrado en un principio, tienen la capacidad de llevar a cabo eso que necesitaban y cambiar lo que había que cambiar, o intentarlo al menos. Que es más de lo que casi cualquiera de nosotros ni siquiera se atreve. Y alguien que se ha dejado atrapar por la magia del cine se compenetra completamente con ese héroe del que llegamos a sentir incluso parte de su éxito; como de sus tristezas, fracasos o alegrías.

Pero el asunto de la evasión es maravilloso. Olvidar todas tus preocupaciones, las reales y las inventadas, para ser parte de una historia que funciona como maquinaria bien aceitada. Por la maravillosa elipsis, diálogos perfectos y personajes lindos de mirar.

Y parafraseando aquello, de que el medio es el "masaje", disfruto mucho ver una película que ya he visto –a veces más de una vez–, para regodearme sabiendo qué pasa, y sí, volviendo a emocionarme ante eso que me ha gustado tanto. Como cualquier otro espectador, en realidad.
 

 

3 comentarios:

  1. El cine es, sin duda, un gran medio de evasión. Recuerdo que cuamdo, hace de eso muchos años, sufrí una depresión, solo me apetecía ver películas que me transportaran lejos de la realidad y tristeza en la que estaba sumido. Y de adolescente, cuando veía una película sobre alguien que salía airoso de mil problemas, yo salía de la sala sintiéndome como él, como un héroe y súper optimista. Luego volvía a la cruda realidad y todo seguia igual que antes, ja,ja,ja.
    Un abrazo.

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