Como buen metiche me colé al festín verbal:
Idella
Elige bien tus
palabras,
no respondo de mí
misma,
está mi espíritu
en cisma
entre ilusiones y
enojos.
Tengo ya los iris
rojos
y ardientes de
tanta sal
por un
"love" accidental
que me hechizó
con su arrobo.
Era más que un
"love" un lobo
que encontré para
mi mal.
Y no quiero
responder
porque ya tuve
bastante
demencia en aquel
instante,
antes de mi
otoñecer.
Ni quiero
desfallecer
al calor de tu
mirada;
aquí no ha pasado
nada
que no pueda
remediarse.
No hay por qué
desmelenarse,
la locura está
acabada.
Gavrí
No me gusta
hablar de amores
porque tengo que
inventar
que no soy del
lupanar
y que adoro los
rubores.
Hablar de ramos
de flores,
de muchas cosas
bonitas
y escuchar las
musiquitas
del violín del
corazón.
Se rebela mi
razón:
en amor, todo son
cuitas.
A veces, nos
confundimos,
pensamos:
"Esto es eterno"
y de eternidad a
infierno
nos timan todos
los timos.
Jubilosos nos
hundimos
en aventuras
extrañas
donde apuran las
arañas
a envolvernos la
quimera.
Por ansiar paz
duradera
nos devoran las
entrañas.
Idella
Una vez fui
enamorada
a quien cegaron
con rosas,
bombones y muchas
cosas
para tenerla
alelada.
Me viene bien la
payada
a fin de sacar la
espina
que tengo como
inquilina
desde aquel
tiempo nefasto,
a ver si voy
dando abasto
a subir mi
adrenalina.
Este hundimiento
que siento
no ha de ser
eternidad
pues he llegado a
una edad
donde no hay
abatimiento.
Acabó mi
embobamiento,
tengo mis 69
-aunque el sexo
no me mueve-
que me hacen ser
comedida
a esta altura de
mi vida
ante la pasión
aleve.
Carmen
Es tan penoso
opinar
sobre cuestiones
de amor
si se recuerda el
dolor
con que suelen
acabar
quereres que al
comenzar
abren las puertas
del cielo…
Pues amar es un
anhelo
que promete el
infinito,
pero porta un
meteorito
de estalactitas
de hielo.
Gavrí
Ay, la pasión, la
pasión,
la que juega a la
metralla,
y nos corta con
cizalla
las capas del
corazón.
Nunca he sido
remolón
en asunto de
polleras
ni flaco de
entendederas
cuando alguien me
tira un galgo.
No me va jugar de
hidalgo
al bajar la
cremallera.
Mi perdición, las
mujeres...
eso sí, tengo mis
gustos;
después de unos
cuantos sustos
sé cómo hacer los
deberes.
Y entendí que mis
placeres
adquieren un
derrotero
más fecundo y más
sincero
si dejo volar la
mente.
La mujer inteligente
me despendola el
te quiero.
Idella
Si el amor trae
un meteorito
de estalactitas
de hielo,
le contrapongo el
deshielo*
amén de un
cortocircuito.
Es en el cielo
diablito
que se empeña en
armar guerra
y a causar dolor
se aferra
para divertirse
un poco.
El amor es como
un loco,
es averno, cielo
y tierra.
En los asuntos de
amor
la mente que
vuela es buena,
anclándose se
envenena
o se quema en el
ardor.
Pienso que es
mucho mejor
no tener que
controlarse,
para qué hay que
limitarse
a bajar la
cremallera;
no es óbice la
pollera
si uno pretende
excitarse.
Pero ¡mira tú qué
cosas
a estas horas se
me ocurren!
Por la mente me
discurren
unas ideas
fogosas,
unas ansias
abundosas
de sentir dulces
placeres
no punzantes
alfileres
que me pincharon
la vida.
Quiero dar la
bienvenida
a amantes
amaneceres.
Gavrí
La vida, con su
abundancia,
propone un ancho
abanico,
insulso a veces o
rico
en lo que reclama
el ansia.
Luego, tomada la
instancia
de vivir como se
quiere,
con la
experiencia se adquiere
una cierta indiferencia.
Vivir se vuelve
una ciencia
por más que el
amor prospere.
Todo se mira
distinto
porque se pesa y
se mide
con los ojos del
que pide
moderación al
instinto.
En el propio
laberinto
se enreda el hilo
que guía,
y se alza en su
carestía
lo proyectado en
los sueños.
Para vivir sin
diseños
es que existe la
utopía.
Idella
Una vida de
pareja
puede matar los
amores
cuando no todo
son flores
y se presenta la
queja.
La convivencia es
compleja
cuando ya, en
última instancia,
solo existe
tolerancia
donde antes hubo
amor,
aunque puede ser
peor
usar la
beligerancia.
Se ponen paños
calientes
y un poquito de
dulzura
para calmar esa
agrura
de corazones
dolientes.
No son dos
indiferentes
que acaban de
presentarse,
y pretenden
afanarse
para encontrar
una vía
donde acabe la
agonía
que los lleve a
divorciarse.
Carmen
La utopía, bello nombre
diseñado por un sueño
que ha de quedarse pequeño
mientras no se apreste el hombre,
con su renuncia o su empeño,
a cambiar la realidad.
No basta oir la beldad
de los cantos de sirena
hay que bajarse a la arena
a la hora de la verdad.
Idella
Allá, donde la
utopía,
no se admiten
inmigrantes
y todos sus
habitantes
cuidan de su
geografía.
Pecan de gran
cobardía
amparándose en un
sueño
que aunque bonito
es pequeño,
escapan de
realidades
y cuando ven las
verdades
las tratan con
gran desdeño.
Carmen
Allá y en mi
tierra hidalga
cuecen habas en
puchero
"lo mío para
mi quiero
salga el sol por
donde salga
y que mi
argumento valga
con razón o sin razón"
.
Mas volviendo a
esa pasión…
a las razones es
ciega,
y su premisa
navega*
por los mares de
Ilusión.*
Igual son ciegos
son los ojos
cuando la pasión
los cierra.
Quién sabe si el
cuerpo yerra
cuando se postra
de hinojos
ante los
destellos rojos
del fuego que lo
consume.
Quién de
ignorarlo presume
si promete
despertar
tan fieras ganas
de amar
aunque la razón
lo inhume.
Gavrí
Donde no se
cuecen habas
morirá el pueblo
de hambre
que aunque el
chisme dé calambre
siempre existen
malas babas.
Las lenguas no
encuentran trabas
en ninguna
geografía
para endilgarle a
una tía
algún asunto
feroz.
Cuando el amor da
una coz,
en la plaza,
algarabía.
Y a veces, los
sentimientos
se desdibujan,
disecan,
como cáscaras se
ahuecan
hueros de
renacimientos.
Vuelven grotescos
intentos
aquella emoción
antigua,
más árida, más
exigua,
como un walking
dead perdido
ni comido ni
dormido
que la muerte no
apacigua.
¿Nos salvará un
sucedáneo,
un placebo de
trinchera,
la boca
camandulera
de algún amor
momentáneo?
O seremos el
foráneo
sobre cualquier
territorio
siempre en plan
exploratorio,
toco y me voy,
cero lola.*
Más que amante
una cabriola
sin amor, solo
jolgorio.
Idella
No hay sucedáneo
que pueda
con el sabor
genuino,
no es el mosto
como el vino
y no todo el
barro es greda.
Una duda que me
queda
es, si llega la
ocasión,
o dar gusto a la
emoción
y entregarse a la
locura
o ser monja de
clausura
que evita el
acelerón.
Y hablando de la
utopía,
que es un tema
que me place,
utópico es el
enlace
del amor con la
alegría
cuando hay tanto
de agonía
como momentos
felices.
No todo es comer
perdices,
como terminan los
cuentos,
cuando precisas
de ungüentos
para cerrar
cicatrices.
Gilo
Yo pienso que del amor
cualquiera puede escribir
pues basta con recibir
la cosquilla de un primor.
La espina del desamor
también te puede alentar
a ponerte a argumentar
sobre tristezas y penas
de aquellas de cortar venas
para aquel amor borrar.
Carmen
Tal vez Idella
prefiera
contigo el menage
a "truá",
Gildardo. Jugar
al guá,
no niego que me
cupiera
si me tornara
soltera,
que no es óbice
la edad
para que la
soledad
haga de su capa
un sayo.
Pierdo la rima,
me callo, *
jugad, muchachos,
jugad.
Gilo
¿Lo del menage es un trío?
Suena muy emocionante,
para muchos excitante;
mas te juro no es lo mío.
Caramba, yo desvarío
en los brazos de una dama
que me permita en su cama
retozar sin refrenarme,
con riesgo de enamorarme
al terminar nuestra trama.
Idella
Esto, que empezó
en un trío,
se ha convertido
en cuarteto
entro en pánico
completo
por tan grande
desafío.
Se forma en mí un
desvarío
que apela al
abracadabra
porque no
encuentro palabra
que me ayude a
competir.
Estoy lerda en el
decir
y más loca que
una cabra.
Gavrí
Se solucionó sencillo
hacer el 69
ya que otro galán
se atreve
al "mira que
aquí te pillo".
Ya ninguno es un
chiquillo,
todos llevamos
mochila,
cuando no una
retahila
de sinsabores en
duelo.
Reírse, el mejor
consuelo
que a tanta pena
deshila.
En mi haber:
cuatro divorcios,
dos veces viudo,
un harén
que desdeño (en
mi desdén
por las juntas de
consorcios).
-¡Que mierda esta
rima en "orcios",
hago aquí la
salvedad-.
Decía, que ya a
esta edad,
estoy pasado de
orgía
por eso busco a
porfía
aprender
serenidad.
Aunque confieso,
señores,
que es más
difícil que el turco
y que porfiando
en el surco
me va genial en
amores.
Será que los
sinsabores
también son una
aventura
que brota con
toda holgura
en el terreno
propicio.
Ya sé que lo mío
es vicio.
Disculpen mi
catadura.
Carmen
Por Dios, Gavrí, qué locuras
te pasan por la cabeza,
¿cachetes a estas alturas
a dos señoras maduras?
Calla, calla ni lo nombres,
qué cosas teneis los hombres
puestos a fantasear,
¿no es más dulce regalar
requiebros en el oído
que nos privan del sentido
y nos preparan a amar?
Gavrí
Yo soy de poco
requiebro,
me cuesta
zalameriar
porque tiendo a
conversar
cerebro contra
cerebro.
Laberinto que
atenebro,
-mucho monstruo y
cucaracha-,
mi mente es una
covacha
fugada de un
cristal roto.
Sapiosexual,
nombre ignoto:
mucho seso, poca
facha.
Idella
Para el menaje
"la Idella"
ya tiene el de la
cocina,
sus guisos son
cosa fina
¡no te digo la
paella!
Si te saca la
botella
de un buen Ribera
y jamón
en el plato, con
melón,
no se precisará
el sexo:
el goce entrará en
el plexo
camino del
corazón.
Aunque somos
avezados
en los lances del
amor
creo que es mucho
mejor
continuar
ilusionados.
Que no hay vicios
ni pecados
al llegar a
cierta edad
en dejar la
frialdad
y sentirse
calentitos,
ya no somos
angelitos
ni buscamos
castidad.
Pero si digo
verdad
y si me dan a
escoger
quiero yo en mi
atardecer
un hombre de
calidad.
Con belleza o
fealdad
quiero que mire
de frente,
que tenga llena
la mente
y que amenice mis
horas
nocturnas, y en
las auroras,
su palabra
inteligente.
Gavrí
Vivimos tiempos
vacíos
de acción y de
pensamiento,
solo habitar el
momento,
solo compartir
hastíos.
Un tiempo en que
los impíos
medran bien, no
dan la mano
y el prójimo no
es hermano
sino un estorbo
en la vida.
Con la historia
ya perdida
sin amor ni ser
humano.
Se secan los
sentimientos,
la palabra se
licúa,
y concertina de
púa
se vuelven los
pensamientos.
Ya no quedan más
intentos
para hablar de
algún valor
ni siquiera del
dolor
que nos recibe
gustoso.
Perdón por no
estar jocoso.
Hoy no juego a
ganador.
Luego pienso que
he arribado
con las velas mal
zurcidas
a sirenas
prometidas
y su canto me ha
estafado.
El puerto no es
el soñado,
está tan lleno de
nada
que su propia
tufarada
quema el árbol y
el cangrejo.
Su borroneado
bosquejo
es una postal
manchada.
Carmen
Miras con ojos cansados
todo cuanto te rodea.
Algunos, ¿equivocados?,
amamos sin ser amados,
y contra viento y marea
porfiamos en la pelea
de convertir agua en vino.
Parece ser nuestro sino
ir a buscar manantiales,
sin celebrar esponsales
con cada flor del camino.
Y al regresar a aquel puerto
por el que hizamos las velas,
tan mal zurzidas sus telas,
con tal semblante de muerto,
cómo encajar en un huerto
de florida primavera
si somos una quimera
que solo cabe en el sueño
de un empecinado empeño
donde nadie nos espera.
Gilo
Idella lleva razón
que la fiesta sea en la mesa
y un tequila con presteza
sacaré de mi cajón.
La rubia tiene sazón
debe armar "buenos venenos"
platos que nos dejen plenos
la panza y el corazón,
pues ya dicen con razón:
las penas con pan son menos.
Idella a Gavrí
Para borrar los
vacíos
habrá que llenar
el tiempo
sin que sea un
contratiempo
el navegar por
los ríos.
Sordos a los
griteríos
y los cantos de
sirenas
enterrando en las
arenas
toda la mierda
del mundo
y que de este
asco profundo
nos crezcan las
azucenas.
No está la guerra
perdida
contra los actos
impíos
son nuestros los
desafíos
para mejorar la
vida.
No está la
historia perdida
si caminamos
unidos,
no seremos los
vencidos
ni infructuosa la
batalla
si nuestra boca
no calla
la palabra con
balidos.
Y llegaremos a un
puerto
con las velas ya
dispuestas,
con cañones y
ballestas
que maten el
desconcierto.
Quedarán al
descubierto
los malditos
insolentes
derribaremos,
valientes,
a la casta de
villanos
comprometiendo las
manos,
y seremos
concluyentes.
Idella a Carmen
¿Dónde queda la
ilusión
si nos sentimos
cansados?
Hay que estar
ilusionados,
hay que alzar el
pabellón.
Hay que poner
corazón
para lograr
nuestro empeño
que no sea sólo
un sueño
que transcurra
por la mente,
hay que luchar el
presente
por un futuro
halagüeño.
Idella
a Gilo
De buen guisar
tengo fama,
te lo puedo
asegurar
y lo voy a
demostrar:
del fogón soy la
madama.
Soy más buena que
en la cama
y levanto más
pasiones.
Mis salsas son
bendiciones
que se ingieren
por la boca
y una alegría
provoca
que incita a
cantar canciones.
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