jueves, 18 de enero de 2024

Dejé las palabras guardadas, supuestamente esperando que eso que quiero decir, o al menos sobre lo que quiero divagar, se macere. Aunque es bastante ridículo querer que las ideas se cuesan si no se las persigue; si no se las piensa un rato, si no se las busca como adolescente obsesionado. Pero la verdad es que ahora no tengo demasiadas ganas de hacerlo, de pensar, de hacer asociaciones en torno a algo que pensé, sobre lo que ya escribí, algo relacionado a lo que publiqué hace no mucho, o que está en los borradores  del blog medio perdido.

Creo que implica más que sentarme a escribir, que sentarme a querer escribir aunque parezca que sólo lo digo de dientes hacia afuera. Porque como he dicho no tengo ganas de hacerlo.



1 comentario:

  1. Las guardamos para otro momento y ya saldrán... no te preocupes.
    A veces solo necesitamos aparcar los pensamientos por un rato y después arrancan solos... ¿dónde van? eso es otro tema... jajajaja
    Besos.

    ResponderEliminar